Con la condena en revisión, el caso vuelve a cobrar fuerza en los pasillos judiciales y en la opinión pública. La Fiscalía, a cargo de Carlos Ortigoza, y la querella, representada por los abogados Gabriel Filippini y María Laura Maderna, no dejaron lugar a dudas: el femicidio fue brutal, premeditado y quedó completamente demostrado en el juicio.
Durante la audiencia, se repasaron todos los elementos que sostienen la acusación:
- El cuerpo de Carolina presentaba quemaduras casi totales.
- Su ex pareja solo tenía lesiones menores en las manos.
- No hubo explosiones, ni daños colaterales en la habitación.
- Las motos, bidones y demás elementos quedaron intactos.
- El acusado dio versiones contradictorias sobre lo ocurrido.
- Mintió sobre denuncias previas de violencia, desmentidas por escuchas telefónicas.
- Y declaró recién en el juicio, armando un relato adaptado a las pruebas ya conocidas.
Uno de los elementos clave fue el informe pericial realizado por la División Científica Forense de Rosario, que validó técnicamente la hipótesis del ataque con nafta utilizando una palangana y un encendedor. El informe incluso ubicó al agresor frente y al costado derecho de la víctima, confirmando su responsabilidad directa en el hecho.

Los querellantes no escatimaron críticas al voto disidente de la jueza Minetti, por considerar que no hubo una valoración seria ni razonada del conjunto probatorio. “El homicidio fue probado de manera contundente. No puede hablarse de falta de móvil cuando hay pruebas técnicas, forenses y testimoniales que sostienen la acusación”, aseguraron.
Durante la audiencia, la madre de Carolina brindó una declaración de impacto que conmovió a todos los presentes. Habló del dolor que dejó la pérdida violenta de su hija y del sufrimiento que atraviesan los hijos de la víctima, niños que hoy se sostienen por el apoyo de una familia que intenta salir adelante con las cicatrices del femicidio.

La querella cerró su alegato con una frase que define el espíritu de justicia que moviliza a la familia:
“Tal como lo expresa la película ‘El secreto de sus ojos’, perpetua es y debe ser: perpetua.”
La sociedad, una vez más, espera que la Justicia no falle. No hay lugar para interpretaciones que habiliten impunidad en un hecho tan atroz.