El fiscal Adrián Spelta solicitó la aceptación del requerimiento acusatorio y pidió para los tres imputados la pena de prisión perpetua. El juez de Primera Instancia, Aldo Bilbao Benítez, resolvió admitir la acusación fiscal y tener por ofrecidas las pruebas de las partes para el futuro debate oral.
De acuerdo a la investigación, entre el 10 y el 12 de julio de 2022, en una vivienda de calle Larrea al 1200 de Roldán, los acusados actuaron en conjunto para dar muerte a Gustavo Elorrieta, miembro de la Gendarmería Nacional Argentina.
Primero lo inmovilizaron aplicándole una sustancia anestésica y luego le dieron múltiples golpes en la cabeza que le provocaron la muerte. Posteriormente, cubrieron su cuerpo, lo ataron desde el cuello hasta las piernas y lo escondieron en el baúl de su propio vehículo, un Volkswagen Bora.
Más tarde, junto a dos menores de edad que colaboraron en el traslado, llevaron el cuerpo hasta un monte en el cruce de camino Dorrego y camino de los Gauchos, donde lo arrojaron dentro de un aljibe seco y lo taparon con tierra y ramas.
El auto de la víctima fue abandonado tras un accidente en camino de los Gauchos y camino de los Vascos, con elementos vinculados al hecho en su interior. Paralelamente, Mercedes F.E. contrató un remise para deshacerse de otras pruebas en distintas zonas de Rosario y Roldán.
Robo y estafa tras el asesinato
Según la acusación, tras el homicidio los imputados buscaron beneficios económicos: realizaron extracciones bancarias en las cuentas de la víctima en el Banco Nación y Banco Santander, gestionaron préstamos con su identidad y hasta adquirieron una placa de video a través de Mercado Libre.
El trasfondo
Elorrieta mantenía una relación de pareja con Mercedes F.E., quien habría comenzado a planificar el crimen luego de que él le comunicara su decisión de poner fin al vínculo en abril de 2022. Desde febrero de ese año, el gendarme estaba en Buenos Aires por capacitaciones profesionales y había iniciado una nueva relación sentimental.
De acuerdo a la Fiscalía, la acusada organizó el asesinato con la participación de su hijo A.E. (menor de edad), su amigo Mario F., y el amigo de su hijo A.G., quienes finalmente concretaron el plan durante la visita del gendarme a Roldán en el receso de julio.