Todo se inició cuando un comerciante le solicitó a un grupo de jóvenes que no anduviera con sus motos por la vereda, entendiendo que había niños jugando y podría producirse algún accidente.
La contestación no fue la más educada y mandaron al buen hombre al diablo.
Ello generó que otro grupo de personas que escucharon los insultos participaran y le pidieran que se disculparan, lo que no hicieron, y ardió Troya.
Todos comenzaron a pegarse mutuamente generando una gresca descomunal.
Al arribar la policía continuaron con sus diferencias como si fueran unos pitecantropus, lo que llevó a los uniformados a realizar algunos disparos al aire para acabar con tremenda e incontrolada situación.
Recién entonces los ánimos se apaciguaron y cada uno retornó a lo suyo. No hubo detenidos.
Los hechos sucedieron a plena luz del día, durante la tarde de anteayer en Berni al 100.
Fuente: elroldanense
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