En Av. Perón al 1200, de Villa Gobernador Gálvez, en la Plaza Ferroviaria se encuentra el carrito de comidas de Itatí. Se trata de una comerciante que hace 13 años lleva a delante el comercio de comidas rápidas en la vecina ciudad.
No obstante, hace poco más de una semana comenzó a recibir amenazas, solicitando dinero a cambio de dejarla trabajar y preservar su vida y la de su familia. El conocido “plata o plomo”.
Producto de las extorsiones, la mujer no puede abrir el carrito y tampoco hacerse de su sustento. “Comenzó el domingo 21, le dejaron una carta a mi hija que estaba trabajando acá, ella corrió al muchacho, lo agarró la policía y lo detuvieron. La nota decía que mi marido tenía que pagar lo que debía o si no nos cerraban el carrito. Plata o plomo”, comentó.
“Así nos tuvieron en vilo, hicimos la denuncia, pedimos una custodia y desde un primer momento nos negaron. Y el lunes, desde las 16.30 empecé a recibir mensajes de un número registrado y me decían que yo tenía que pagar, sino mi vida y la de mi marido iba a cambiar. Ahí sí nos pidieron 300 mil pesos, que no los tengo y si los tuviera no se los voy a pagar”, agregó.
Tras dar cuenta de conocer el movimiento familiar, siguieron las amenazas “y estaba tan asustada que les dije que iba a vender el auto, que me den hasta el lunes, y les pedí que me dejaran trabajar, porque el lunes lo cerré cuando empezaron las amenazas. Cerramos, de marte a jueves y aprovechamos porque teníamos que arreglar el piso del carrito, pero vinieron de Control Urbano a pararme la obra, porque no tenía permiso municipal”.
“Les expliqué todo lo que estaba viviendo de las amenazas, y porque no pagué un impuesto de $4000 me hicieron una multa”, amplió.
“Hoy siguieron las amenazas, desde otro número, que si la policía y el juez quieren pueden rastrear de quiénes son esos números. El lunes recibí 35 mensajes y hoy otros 50”, relató sobre el calvario que vive ella y su familia.