El último partido en el Gigante de Arroyito dejó al descubierto una problemática que preocupa a las autoridades: la capacidad del estadio de Rosario Central fue ampliamente superada. Según confirmó Gustavo Velázquez, coordinador de Seguridad en Eventos Masivos, la planilla oficial de la Municipalidad registró 51.000 personas dentro del estadio, cuando el aforo autorizado es de 47.550.
“Sabíamos que se iba a dar una concurrencia masiva, por eso abrimos las puertas con tres horas de anticipación. Pero en un momento la Municipalidad nos indicó que había que cerrar los accesos porque se estaba saturando”, explicó Velázquez.

El operativo de seguridad se desarrolló según lo previsto, aunque debieron aplicarse medidas excepcionales al constatar que los límites de aforo habían sido sobrepasados. La policía intervino en varias oportunidades para contener grupos que intentaban ingresar sin carnet ni entrada, lo que generó aglomeraciones, empujones y tensión en los accesos. Cinco personas fueron detenidas por provocar disturbios.
Consultado sobre una posible sobreventa de entradas, Velázquez fue cauto: “No tenemos detalles que lo confirmen. Lo que sí está claro es que ingresó más gente de la que el estadio tiene habilitada”.
Paradójicamente, mientras crecen las dudas sobre la seguridad y la comodidad en espectáculos de gran magnitud, Rosario volverá a estar en el centro de la escena: la organización de la Copa Argentina eligió nuevamente a la ciudad como sede para los partidos del 5 y 6 de septiembre, donde jugarán Newell’s, Central y cuatro hinchadas más provenientes de distintas provincias.
El Gigante de Arroyito quedó bajo la lupa, justo en la antesala de un nuevo desafío con la Copa Argentina.