El dirigente del ex gobernador Omar Perotti en la ciudad de San Lorenzo es tal vez uno de los exponentes más acabados del populismo en la política, condición ideológica que no reconoce generaciones ni edades.
El concejal Peronista aliado electoral de Juan Grabois en plena campaña electoral el año pasado, cuando intentó ser intendente de San Lorenzo prometió que iba a hacer 1.000 casas, mintiendo descaradamente sobre la recaudación de una tasa municipal que no llega a recaudar lo equivalente a la compra de un solo terreno en un barrio suburbano en la ciudad. El objetivo de Aricó, se conoció luego de que las auditorías provinciales comprobaron que en su bunker de campaña funcionaba un “comedor fantasma” para alimentar niños vulnerables, que era juntar datos de ciudadanos para ser usados en falsificación de documentos para justificara entrega de alimentos no realizados, por lo que se investiga a una ONG con “gente de su confianza”.
En relación a la suspensión de la concesión del estacionamiento medido a la empresa prestadora del servicio por resolución de la municipalidad de San Lorenzo, el concejal intenta hacer política pidiendo públicamente que todos los vecinos se hagan cargo de la contratación de la totalidad de los empleados de la empresa dueña del servicio de estacionamiento medido. El criterio aplicado por el concejal es el que llevó a Argentina a tener más del 50% de su población bajo la línea de la pobreza, como consecuencia de déficit fiscales impagables por la construcción de estados ineficientes y sobre poblados de trabajadores.
Aricó utilizando la desesperación de los trabajadores, hizo una salida pública en radio Horizonte haciendo declaraciones imprudentes que generan aún mayor desconciertos en esas familias. En política hay límites, parece que el concejal está dispuesto a romperlos todos.
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