Los dirigentes políticos de la provincia de Santa Fe tienen, en su gran mayoría, un fuerte sesgo anti empresarial. Algo que también sucede en muchos otros que ocupan cargos en los gobiernos centrales a nivel nacional. Hay provincias como Córdoba y Mendoza que ponen toda la energía de gestión en el crecimiento y la defensa de sus “clusters” empresariales y de esa forma sus empresarios toman sentido de pertenencia, una sensación que los empuja a la inversión permanente en sus terruños.
Por el contrario, Rosario y Santa Fe viven uno de sus peores momentos. La dirigencia empresarial más importante de la ciudad de la bandera decidió escaparse radicándose en algunos casos en Uruguay y otros en Europa. Esto tiene múltiples explicaciones, pero una que se impone es la inseguridad física y jurídica. Para tomar un ejemplo: el Juez Federal de Rosario Aníbal Pineda no se cansa de repetir en todos los reportajes que el crimen organizado va a ir en busca de los empresarios.
Los empresarios rosarinos se encuentran abandonados a la merced de las mafias, que no sólo se reducen a bandas marginales de orígenes en barrios periféricos… Hay muchas de cuello blanco que operan con medios de comunicación, la Justicia y diferentes gremios sindicales. Esta es una situación que se habla en cada cónclave de los círculos rojos de le ciudad.
El silencio del gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin en relación al bloqueó desde hace un mes del Puerto de Rosario ratifica la tendencia de que en la provincia se puede hacer cualquier cosa sin ninguna consecuencia. La defensa del puerto donde salen las exportaciones debería ser un tema de agenda central, pero tomó estado público cuando parte del gremio se intentó meter en la Municipalidad de Rosario por la fuerza.
El silencio de Perotti y Javkin tiene un anclaje en la mezquina visión política que se impone en Argentina: la de no hablar para no quedar pegado a tal o cual actor. Y en este caso ambos dirigentes no quieren quedar expuestos a la defensa de Vicentin, que es junto a la chilena Ultramar las empresas que confeccionan la terminal rosarina. Esta mezquindad nos define como provincia y es la hoja de ruta para inversores que buscan invertir en la invencible… perdón, quise decir la invivible provincia de Santa Fe.