El gobernador Maximiliano Pullaro hizo un diagnóstico muy grave de la situación que viven la ciudad de San Lorenzo y el departamento en materia de inseguridad, que experimentó de manera exponencial los hechos de violencia a partir de 2019 durante la gestión de Omar Perotti y que en las últimas horas volvieron a exponerse con una denuncia por supuestos desmanejos en la Alcaidía de la Unidad Regional XVII.
En diálogo con periodistas durante esta mañana de viernes, en el marco del Operativo Verano que presentó en Rosario, le recordaron a Pullaro que oportunamente Perotti había intervenido la conducción de la URXVII: “Claramente, a la intervención que hizo Perotti no le fue bien porque aumentaron los delitos contra la propiedad y la violencia de los delitos. De no haber partes de delitos en 2019, San Lorenzo particularmente pasó a ser una ciudad fuera de control: hasta el intendente tuvo que cortar la ruta para pedirle efectivos policiales al gobierno provincial”.
Según el gobernador, “Perotti se equivocó con las decisiones que tomó” y por esa razón su gestión debió decidir una nueva intervención en la Jefatura sanlorencina (que se concretó en las últimas horas con la asunción de Gustavo Rapuzzi) para “ordenar el desorden que dejaron”.
Si bien Pullaro describió a la URXVII como un lugar “con más complejidad que otras” por sus características geográficas (“está el complejo portuario, las rutas 9 y 11…”), apuntó un dato inquietante: “En los últimos años tuvimos muchos homicidios y heridos por arma de fuego. Se instalaron grupos criminales que comercializan estupefacientes a gran escala y que llevaron adelante hechos de violencia que antes no se veían ahí”.
Aunque trató de correr a su antecesor Perotti de la línea de fuego directa, dejó bien en claro que la falta de acciones políticas ataron de pies y manos a San Lorenzo ante el delito.
“No quiero hacer cargo al (ex) gobernador Perotti porque el gobernador no puede estar en todos lados; hizo lo que pudo. Pero a la seguridad pública hay que estarle encima, hay que controlarla y la Policía tiene que recibir directivas y órdenes claras. Hay que tener una conducción política que guíe y controle si se cumplen o no las directivas”, expresó.
En la misma línea, cerró la idea sobre aquella falta de gestión en seguridad que mostró el gobierno de Perotti: “Durante cuatro años (como ministro de Seguridad), a un policía nunca le dije cómo hacer las cosas, yo no sé cómo detener a una persona, pero mido permanentemente el delito, sé cómo se gesta y evoluciona, y en función de esos datos se hace una planificación”.
Por último, se refirió a la denuncia de una empleada policial por supuestas irregularidades en la Alcaidía de la URXVII: “Si lo que se dice es verdad, van a volar cabezas y vamos a ser muy duros con los policías que hacían esas cosas. Pero hoy no puedo hablar de irregularidades porque todavía no hay nada probado y para eso está trabajando la Justicia. Hay que tener cautela y responsabilidad”.