Federico Lifschitz fue el primero en definir su precandidatura a concejal en la ciudad de Rosario, y Maximiliano Pullaro también picó en punta por la carrera a la gobernación. Ambos recorrieron el Barrio República de la Sexta y anunciaron que trabajarán juntos por la ciudad de Rosario.
Sin vueltas, ambos precandidatos manifestaron determinación para asumir responsabilidades públicas, uno en la Casa Gris y otro en el Palacio Vasallo. Y son contundentes a la hora de definir los temas que realmente les preocupan a la gente: la seguridad, la promoción del empleo y la pacificación de los territorios.
Los apellidos Lifschitz y Pullaro ya tienen historia juntos y a eso se refiere Federico. “Maxi fue un funcionario del gobierno de Miguel Lifschitz, y hombre de su confianza al mando del Ministerio de Seguridad durante los cuatro años de su gestión en la provincia. Es la persona mejor preparada para abordar la crisis de seguridad sin precedentes que estamos viviendo”.
Por su parte, Pullaro indicó que Federico es “una persona joven y muy comprometida, de militancia territorial, perfil bajo, de escucha activa y presencia en los lugares donde hay que estar”. Y añadió: “Miguel Lifschitz fue casi un padre para mí, aprendí mucho de él durante la gestión y en el corto tiempo que pudimos compartir en la Cámara, hablábamos mucho, compartíamos muchas cosas. La pasión por el trabajo, por el compromiso, por resolver los problemas a través de la gestión y el involucramiento”, sostuvo el legislador.
Esta unión electoral se da en el marco del frente “Unidos para cambiar Santa Fe”. Alejados de los anuncios de redes sociales, o de las luces de los grandes actos de años atrás, los dirigentes decidieron anunciarles su decisión a vecinos y vecinas del barrio República de la Sexta.
Un barrio emblemático por la transformación urbanística iniciada por Miguel Lifschitz, y por el abordaje territorial desde el Ministerio de Seguridad a cargo de Pullaro. Susana dispuso su casa, para un grupo de 30 vecinos y vecinas que almorzaron con Lifschitz y Pullaro. La charla fue al estilo de los referentes, sin vueltas y contundente.