Las primeras jornadas posteriores al anuncio presidencial de eliminación de retenciones no solo dejaron en evidencia la magnitud de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, sino también el rol central de las grandes compañías que procesan soja en el país.
Del total declarado en harina de soja, que alcanzó las 4.720.086 toneladas, se observa que Cofco lideró con 1.131.026 toneladas, seguida por LDC con poco más de 1.030.000. Cargill se ubicó en tercer lugar con 700.000 toneladas, mientras que Viterra alcanzó 545.020 y Bunge se anotó con 526.000. Entre los actores locales se destaca Molinos, que declaró 502.000 toneladas, la Asociación de Cooperativas Argentinas con 54.040 y Aceitera General Deheza con 232.000.
Estos números muestran cómo el mapa de la molienda argentina está fuertemente concentrado en un puñado de multinacionales que operan en el Cordón Industrial del Gran Rosario. Allí se encuentra la infraestructura clave para transformar el poroto en harina, el producto que más traccionó las ventas futuras en estas dos primeras jornadas y que hoy se consolida como la principal fuente de divisas del complejo agroexportador.
El peso de estas compañías confirma la importancia de la región y del entramado industrial que rodea a los puertos de San Lorenzo, Timbúes y Puerto General San Martín. No se trata de exportaciones primarias sin procesar, sino de un sector que agrega valor, genera empleo y sostiene la mayor parte de los ingresos de divisas del país.