La mitad + 1 y algo más también

Raimundo logró su cuarto mandato consecutivo casi sin perder un sólo voto respecto a 2015

El intendente de San Lorenzo desmitificó aquello de que la gestión “desgasta”. A la par, la oposición no creció siquiera un punto y hasta perdió algunos sufragios. Las cifras se desprenden del escrutinio final informado por el Tribunal Electoral de la Provincia


La fórmula para la victoria: Raimundo a la intendencia, y Ore y Resquín al Concejo Municipal. Repitió y ganó.

Con los números del escrutinio definitivo, quedó claro que en San Lorenzo el actual intendente Leonardo Raimundo sigue manteniendo intactas la preferencia del electorado.

Es que transcurridos cuatro años desde el proceso eleccionario de 2015, el mandatario no perdió prácticamente votos.

Es evidente que, al menos en este caso, aquello de que la gestión desgasta, no corre. Y ni hablar si se analiza que Raimundo no persiguió la primera ni segunda reelección, sino la tercera, por lo que la pérdida de votos debería ser, en esa hipótesis, significativa.

Los números fueron muy claros y contundentes, comparándose la votación del pasado 16 de julio con las del 14 de junio de 2015.

Este año, el mandatario obtuvo 15.822 sufragios, lo que representó el 57,74 por ciento del total de votantes; en 2015, las cifras fueron de 16.237 y 58,89 por ciento, respectivamente. O sea, casi lo mismo.

Para incluir en la data del análisis, el total de sufragios afirmativos en 2019 fue de 26.768, y los de 2015, 26.696.

Dicho esto,  comparado con la performance de la oposición, puede decirse que volvió a destrozarla, pues las diferencias fueron abismales.

El principal contrincante en esta ocasión fue Eduardo Ros, un hombre que por perteneció al riñón de Raimundo y le fue un fiel concejal, pero que en esta ocasión decidió lanzarse como opositor criticando todo aquello que durante años llevó adelante sin cuestionarse nada.

Como ahora, en 2015 lo acompañó Hernán Ore; Como se ve, Raimundo perdió algunos kilos, pero no votos.

 

El resultado, también fue contundente para sus aspiraciones.

Obtuvo 6.896 votos, lo que significó el 25,16 por ciento del total de sufragios; comparado con Raimundo, recogió 32,58 por ciento menos, que traducido en números son casi 9.000.

De esta manera prácticamente se repitió la secuela de 2015 cuando por entonces el principal candidato de la oposición Hugo Bruscaglia (el referente que propuso el justicialismo), logró 7.087 votos, o sea 25,70 por ciento del total de sufragios positivos.

Como se verá, un calco.

Podrá entenderse que la oposición, en los últimos cuatro años careció de la capacidad necesaria para conformar una estructura de trabajo con la suficiente militancia, análisis de la realidad social y conformación de proyectos capaces de disputarle el terreno a un oficialismo “desgastado” que intentó su cuarto mandato consecutivo.

Y eso es tan cierto e indiscutible como también lo es la labor que llevó adelante el oficialismo, con Raimundo en su liderazgo indiscutible y con un programa de trabajo en diferentes áreas con los que ratificó su gobierno, su proyecto de gestión y la preferencia del electorado.

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