Armar el gabinete para una ciudad importante, la provincia o la nación son tal vez los desafíos más trascendentales para un proyecto político que intente ser transformador de algunos de los estamentos del estado.
El acompañamiento de un buen candidato no siempre lo hacen personas preparadas para conducir los destinos de las decisiones más centrales para la vida de la sociedad. Prepararse para ocupar un cargo trascendental lleva muchísimos años de formación, acompañado por una inmensa vocación para poder trabajar 24 horas 7 días a la semana por al menos 4 años, este tipo de perfiles son muy difíciles de conseguir. Para tomar dimensión cualquier empresa de la región del Cordón Industrial tiene inmensas dificultades para conseguir recursos humanos que puedan liderar áreas estratégicas de una empresa Pyme con sueldos que en la mayoría de los casos duplica la de un secretario de estado municipal.
Este punto nunca se pone en consideración a la hora de elegir candidatos que puedan formar equipos probos, para tomar dimensión para gobernar una ciudad mediana se necesitan 20 secretarios y sub secretarios con las características y el compromiso descripto en el párrafo anterior.
Para tener mejores administraciones la formación de los dirigentes y los funcionarios debería ser una carrera que se forme dentro del mismo seno del estado tal como sucede en países con regímenes parlamentarios y no presidencialistas como el nuestro. Los cambios llevan meses de angustia hasta que los ganadores logran formar equipos y funcionar a régimen para realizar transformaciones prometidas.
