Bushwick fue un barrio de trabajadores, donde a mediados del siglo XIX los inmigrantes alemanes establecieron la industria cervecera. Después de la Primera Guerra Mundial, llegaron los italianos y el barrio siguió creciendo, hasta que las fábricas buscaron menores costos, fuera de Nueva York. En los 70 se instaló una gran población de inmigrantes hispanos. Ese sabor latino hoy se puede percibir al escuchar a las vecinas sentadas en la vereda conversando en un español con acento caribeño o en la plaza principal del barrio –María Hernández Park–, donde se juega al vóley, un deporte poco común en Nueva York, pero muy popular en países latinos.
Su creador es Joe Ficalora, dueño de una de las fábricas y vecino histórico del barrio. Ficalora fue testigo de la época de mayor violencia en la zona. En medio de una crisis económica en 1977, Bushwick fue uno de los focos de incendios, robos y destrozos en Nueva York. En los años posteriores continuó el nivel de violencia al incrementarse la venta de drogas. En 1991, el propio padre de Ficalora fue asesinado en un intento de robo. Casi 20 años después, falleció su madre de cáncer y Ficalora decidió transformar todo ese dolor en un mural homenaje. Así nació el proyecto The Bushwick Collective, en el que Joe oficia de vínculo entre los dueños de las fábricas que permiten utilizar legalmente sus paredes y los artistas callejeros. Hoy, cerca de la esquina de Troutman y St. Nicholas, se pueden ver obras de artistas reconocidos, como los estadounidenses Jeff Henriquez, Patch Whisky, Nychos, el legendario Ron English, e internacionales como Sipros (Brasil) y Michel Velt (Holanda).
Al mismo tiempo, el barrio recibió cada vez más artistas jóvenes. Entre ellos está Aniela, que se mudó en 2007 siguiendo a otros compañeros del School of Visual Arts. Los grandes espacios a bajo precio eran ideales para ellos. “Cuando me mudé, pagaba 600 dólares por una habitación en un departamento con living y cocina muy grandes. Muchos de los que nos mudamos éramos artistas y formamos una especie de comunidad”, recuerda Aniela.
Los índices de criminalidad bajaron drásticamente entre 2001 y 2010 y más jóvenes siguieron a los artistas. La población creció un 13% entre 2000 y 2012, aunque se estima que en los últimos cuatro años esta cifra se incrementó mucho más. La cantidad de habitantes con título universitario aumentó un 19% y el sueldo promedio subió un 16% en cuatro años, datos que reflejan la llegada de nuevos jóvenes profesionales.
San Lorenzo
En la ciudad se está trabajando en la intervención artística del barrio Fonavi 1| de julio en el marco 3º Festival Brocha de Arte Urbano, que se llevará a cabo en San Lorenzo entre el miércoles 30 de agosto y el domingo 3 de septiembre.
“A diferencia de años anteriores, esta vez quisimos hacer una intervención de impacto visual concentrado. Se eligió el Fonavi 1º de Julio, que es un barrio de alta densidad poblacional, con monoblocks de tamaño importante y nuestros artistas consensuaron los espacios con los vecinos”, introdujo el intendente Leonardo Raimundo.
Este tipo de movidas urbanas ayudan ubican a la ciudad en lo más alto de la innovación de politicas públicas integrales para evitar generar sitios de marginalidad y tomar las calles como espacios colectivos y seguros.