Leda Bergonzi, la rosarina reconocida por sus “milagros” y/o “sanaciones”, sigue dejando tela para cortar. Luego de sus polémicas declaraciones a principio de año en Chile, volvió a remarcar que las enfermedades tienen su origen en “la falta de perdón” y “el enojo”. Una vez más, la mujer de 44 años, quedó entre cuerdas.
En diálogo con Crónica, Leda olvidó los comentarios en su contra cuando aseguró que el origen del cáncer es la “falta de perdón”, lo que replicó de manera abismal, y volvió a quedar expuesta (bajo consentimiento) al señalar: “Reconozco que la enfermedad arranca adentro, por un enojo. Por una falta de perdón. Es tan intenso todo”.
Consultada por lo dicho originado en Chile, la sanadora se refugió y aseveró: “Me sacaron de contexto. Yo estoy re del lado de la medicina. He tenido la gracia de acompañar a mucha gente en depresión o bipolaridad. Se recuperan rápido y yo les digo que no dejen la medicación”.
Dentro del mano a mano con el periodista, Chiche Gelblung, hizo hincapié sobre si hay casos constatados de curación de personas enfermas que asisten a sus encuentros religiosos. “Me lo cuentan, me mandan testimonios. Tenemos estudios clínicos. Están estudiando casos”, sostuvo.
🔴 LA SANADORA LEDA BERGONZI HABLÓ SOBRE LAS ENFERMEDADES Y LA MEDICINA
🗣️ “La enfermedad arranca adentro por un enojo, por falta de perdón”
🗣️ “Estoy re del lado de la medicina, en ocasiones me sacaron de contexto. Acompañé a gente que se recupera y yo les digo que no dejen la… pic.twitter.com/RhS3kpDOvI
— Crónica (@cronica) May 24, 2024
A raíz de eso, Chiche le preguntó si alguien se acercó con un diagnóstico y pudo curarse a lo que Leda respondió de manera positiva. Asimismo, el conductor la describió como “una verdadera santa”, a lo que la rosarina agregó: “Es el poder de Cristo, es Dios en mi. Yo no hago nada, soy un medio. Entro ahí, soy yo. Salgo y sigo siendo yo. Tengo tanta necesidad de Dios como todos los que van ahí”.
El nacimiento de Leda Bergonzi
Leda está casada, tiene cinco hijos y un nieto. La rosarina nació en una familia de clase media y se crio junto a cinco hermanos, entre los cuales se encuentra su gemela, Aldana. Desde muy chica cultivó la oración y se integró a la Iglesia Católica.
Si bien notificó que cuando era pequeña tenía mucho anhelos, como ser modelo, cantante, manifestó que años más tarde “se me apareció Dios y entendí que no hay más nada”. En ese sentido, la muchacha profundizó su historia, su entrega y el amor que le brindan sus seguidores.
“Siempre fui católica, desde chica. Mi abuela era una mujer muy mariana. No tengo pinta de monja. Fui a escuela católica, pero era muy extrovertida”, indicó. Considerada una laica con dones particulares, Leda se convirtió en una imagen popular de la Iglesia Católica, pese a que nunca fue monja ni ha hecho votos religioso.
Sobre la línea de su vida personal, agregó: “Soy una persona normal. Entrego mi vida. Es un servicio continuo. Antes los hacíamos con menos gente, en barrios carenciados”. Leda inició sus encuentros espirituales en un espacio muy limitado por la zona de pichincha y de ahí fue entonando, lo que generó sus movidas en la zona de la ex Rural con una gran marea de fieles rosarinos, y de todo el país.
El detrás de la fe
A partir de su expansión, y tras las inquietudes que abrió al anunciar su show en Corrientes con un costo extra, Leda aclaró: “Nosotros no cobramos entrada, no cobramos silla, no cobramos nada” (en relación a los encuentros que realiza a diario en Rosario). Posteriormente, añadió: “Dios habla por nosotros, por un acontecimiento, por una persona que está al lado tuyo. Dios está en medio de nosotros”. Por ende, comunicó: “Quiero que la gente conozca a Dios. Yo, humanamente, no le puedo dar nada. Quiero ser ese puente para llegar a Dios, el mismo que me salvó”. Para finalizar, Leda subrayó: “Soy feliz y tengo momentos en que no soy feliz, igual que todos. Tengo situaciones que superar día a día, hijos en situación de riesgo. Tengo 5 hijos, la primera a los 19 años. No fui mamá soltera pero éramos muy chicos. Es la hija que creció con su mamá”.
