Alrededor de las 9 de la mañana, el 911 recibió un llamado telefónico que alertaba por la presencia de un artefacto explosivo en el edificio del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (CEMAR), ubicado en San Luis y Moreno.
Ante esto, las autoridades implementaron el protocolo de emergencia y ordenaron la evacuación tanto del CEMAR, como del edificio lindero, la Maternidad Martín. De esta manera, el personal de salud y los pacientes acataron lo ordenado por la policía y la brigada de explosivos que trabajaban en el lugar.
En el sexto piso de la Maternidad funciona el área de neonatología, compuesta por una sala privada de informe para padres y familiares, sala de personal, sala de extracción para leche materna y áreas técnicas. Tiene paredes vidriadas hacia la sala de espera, permitiendo a los padres y familiares ver a los recién nacidos.
“Bajamos a los bebés que podíamos en brazos, pero más de la mitad de neonatología quedó llena. La policía llegó una hora después de que los llamamos e hicieron un controls de 15-20 minutos. Nos alejaron del edificio y a los cinco minutos nos hicieron volver a ingresar”, explicó una enfermera del servicio de neonatología en declaraciones a CNN Radio.
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Este relato, deja en evidencia que el accionar de la policía no fue óptimo dado que ante una emergencia de tal magnitud no se hicieron presentes en un tiempo razonable, y que además, el protocolo empleado muestra varias falencias ya que más de la mitad de los niños que estaban en neonatología no pudieron ser evacuados.