La banda, fuertemente armada y con vínculos directos con el clan Alvarado, operaba en la zona norte de Rosario y estaba involucrada en hechos de violencia extrema, entre ellos homicidios y ataques a balazos contra comisarías, escuelas y edificios judiciales.
El procedimiento se llevó a cabo este miércoles tras 15 allanamientos simultáneos, coordinados por el Ministerio de Seguridad de la Nación y ordenados por la Justicia provincial. La investigación había comenzado en abril y logró identificar a varios miembros clave, entre ellos el hijo de un reconocido narco detenido en el penal de Marcos Paz, ligado al histórico clan Alvarado.
Los investigadores utilizaron herramientas de inteligencia criminal, seguimientos, análisis de redes sociales y vigilancia tecnológica para desenmascarar el funcionamiento de la banda, que se dedicaba al narcomenudeo y utilizaba mecanismos de distribución tipo “pasamanos”. La ostentación de armas de guerra en redes sociales por parte de los sospechosos fue clave para acelerar los allanamientos.
Armas de guerra en Rosario, ¿el próximo paso es el Cordón?
La gravedad del operativo no solo radica en la cantidad de dinero y droga secuestrada, sino en el nivel de armamento: tres fusiles Colt M4 automáticos –una herramienta de guerra utilizada por fuerzas especiales del mundo–, una pistola Glock 9mm, 33 municiones listas para disparar, 15 celulares, dos notebooks, una contadora de billetes y vehículos de alta gama.
El hallazgo generó preocupación en autoridades judiciales y de seguridad del Cordón Industrial, donde ya se observan movimientos similares de bandas narco con capacidad logística y financiera. “Si no se interviene a tiempo, este nivel de organización puede replicarse en zonas portuarias clave como San Lorenzo, Puerto San Martín o Capitán Bermúdez”, reconoció en off un funcionario con acceso al expediente.
Los cuatro detenidos –tres hombres y una mujer– fueron puestos a disposición del fiscal Patricio Saldutti de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios Dolosos del MPA, con intervención del juez Fernando Javier Sosa. La causa sigue en etapa investigativa, pero no se descartan más detenciones.
Un mensaje de fuego en redes sociales
Los sospechosos no solo traficaban drogas y armas, también se mostraban en redes con una actitud desafiante y provocadora, luciendo fusiles y posteos con códigos narcos. Las imágenes fueron fundamentales para sustentar las órdenes de allanamiento y confirmar el poder de fuego que manejaba la organización.
La preocupación por la expansión territorial de estos grupos crece: la sofisticación de los armamentos, los millones de pesos en circulación y la conexión con viejos clanes rosarinos hacen temer que el Cordón Industrial esté en el radar de estas bandas.
Desde el Ministerio de Seguridad nacional remarcaron que la acción “busca prevenir el contagio de violencia armada a otras ciudades”, aunque desde el territorio las advertencias se repiten: el narcotráfico no se combate solo con operativos, sino con inteligencia, prevención territorial y políticas sostenidas.
