El hecho sucedió anoche, al rededor de las 20.30 cuando Walter, un vecino de San Lorenzo, realizaba ejercicios en la bajada de Urquiza y el río. «En unas de las vueltas que di se me cruzó una yarará, no muy grande pero de las chiquitas que son las peores», contó a SL24.
Éstos animales se mueven de acuerdo a la temperatura ambiente, por lo que el frío y el calor extremo las afecta. Por eso puede ocurrir que se las vea más en estos días: están buscando refugio y se mueven a otro sitio más fresco. También la crecida del río es un factor que motiva a la aparición de estos.
«En el lugar había vecinos que viven en los departamentos que están ahí arriba, les aviso de la presencia de la yarará y con un palo la matamos, ya que se dirigía en dirección a esas viviendas, donde hay chicos chicos siempre jugando», detalló Walter.
Las yarará son de hábitos nocturnos y crepusculares, siendo frecuente encontrarlas en climas cálidos o templados con regímenes de lluvia.

Ante la picadura de una yarará, lo que se recomienda es no hacerse torniquete en la zona. Sí, un lavado profundo con agua tibia o caliente, mucho jabón, e ir de urgencia al centro de salud más cercano.
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