El Gobierno de Santa Fe licitó la reubicación de tres tramos de líneas eléctricas de alta tensión que atraviesan la traza del Desvío Giardino, un acceso estratégico que conecta con las terminales portuarias de Timbúes. La obra, con un presupuesto de $1.714 millones y tres empresas oferentes, forma parte de un plan provincial de infraestructura productiva para acompañar el desarrollo logístico del Cordón Industrial.
Mientras la Nación lleva más de 50 años sin ejecutar nuevas rutas nacionales de la producción en Santa Fe, el gobierno de Maximiliano Pullaro apuesta a proyectos concretos que impactan directamente en la competitividad de la agroindustria.
Una obra para los puertos
El ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, remarcó que cada campaña agrícola moviliza entre 1,7 y 1,9 millones de camiones desde 13 provincias hacia las 34 terminales portuarias del norte y sur de Rosario. En ese esquema, el Desvío Giardino permitirá ordenar la circulación de transporte pesado, mejorar la seguridad vial y potenciar la logística de exportación.
La traza de 6.100 metros, ejecutada por Vial Agro SA y con un avance del 70%, incluye calzada de hormigón de alta resistencia, rotonda en la Ruta 91, mejoras en el puente sobre la Autopista Rosario–Santa Fe y un puente de 140 metros sobre el río Carcarañá.

El administrador de Vialidad Provincial, Pablo Seghezzo, explicó que las líneas eléctricas se elevarán, enterrarán o reubicarán según el tramo para garantizar la seguridad y el cumplimiento normativo.
Una inversión provincial frente a la ausencia nacional
La comparación es inevitable. La provincia destina recursos y gestiona obras para asegurar que los camiones lleguen a los puertos, mientras que el gobierno nacional lleva décadas sin priorizar la infraestructura de rutas en Santa Fe, a pesar de que de esta región salen los dólares que permiten sostener la economía nacional.
La paradoja es aún mayor si se observa que las divisas que ingresan por la industrialización de la soja en las plantas aceiteras del Cordón Industrial son las que en muchas ocasiones permiten frenar corridas especulativas, estabilizar el mercado cambiario y sostener el capital político de los gobiernos de turno.
Una historia repetida: 15 años de cepo y medio siglo sin rutas nuevas
Desde el cepo cambiario instaurado en 2011 por Cristina Fernández de Kirchner, la Argentina atraviesa un ciclo de inestabilidad recurrente. Las corridas cambiarias, que cada tanto amenazan con disparar la inflación y arrasar con la estabilidad política, se detienen una y otra vez gracias a los dólares que produce esta región.
Sin embargo, la infraestructura vial nacional no acompañó ese esfuerzo. Santa Fe lleva más de medio siglo sin nuevas rutas nacionales de la producción, un déficit histórico que golpea a transportistas, empresas y comunidades.
En contraste, el gobierno provincial impulsa proyectos como el Desvío Giardino, que apuntan a fortalecer la logística de exportación, reducir riesgos viales y mejorar la competitividad de toda la cadena productiva.
Conclusión
El avance de la obra en Timbúes es un ejemplo concreto de cómo la inversión provincial busca suplir la inacción nacional. Mientras el país discute cómo frenar la inestabilidad cambiaria, en el Cordón Industrial se construyen los caminos por donde circula la producción que genera los dólares imprescindibles para sostener la economía argentina.
El contraste es claro: 15 años de cepo y 50 años sin rutas nacionales nuevas en Santa Fe, frente a una provincia que apuesta a obras estratégicas para garantizar que la riqueza que nace en sus campos y puertos llegue al mundo con mayor eficiencia.