En el día de ayer se llevó adelante una nueva elección PASO en toda la provincia de Santa Fe. Tal vez el sentimiento más generalizado —y también más preocupante— fue la apatía. Con una de las participaciones más bajas de la historia reciente, el clima de indiferencia se impuso sobre las discusiones ideológicas, las estrategias territoriales y los nombres propios. Y, sin embargo, los resultados dejaron mucho para analizar.
Se votaba por internas partidarias y por los representantes a constituyentes, tanto en distrito único como en cada uno de los departamentos. Los senadores, con fuerte anclaje territorial, volvieron a ser protagonistas, con una lógica que ya es marca registrada en la política santafesina: aquel que gobierna su departamento, difícilmente lo pierda. La excepción más notable fue la del actual senador por el departamento Rosario, el también periodista Ciro Seisas, que cayó sorpresivamente frente al candidato de La Libertad Avanza, el periodista Juan Pedro Aleart. Un batacazo que refleja el crecimiento del fenómeno libertario en sectores urbanos y del electorado joven.
En el departamento San Lorenzo, los resultados fueron similares a lo que marcaban las encuestas. La tracción de la marca Milei, sumada a la campaña de alta exposición de la sanlorencina Eugenia Rolón, impulsó a La Libertad Avanza a superar el 20% de los votos. Un número fuerte, sobre todo en un territorio históricamente difícil, que combina un oeste rural y un este industrial, con identidades políticas bien diferenciadas.
Esa complejidad territorial es una de las fortalezas del senador Armando Traferri, que conoce cada rincón del departamento y que volvió a demostrar su capacidad para ordenar al peronismo y evitar internas costosas. Esa audacia dirigencial —que algunos llaman pragmatismo, y otros simple oficio— le permitió una vez más lograr una victoria ajustada en su historial electoral.
Pero del otro lado, el intendente de San Lorenzo, Leonardo Raimundo, también puede mostrar resultados sólidos. Si bien perdió por 3 puntos en el total departamental, ganó con claridad en su ciudad, con una diferencia de 10 puntos sobre el senador. Con eso, retuvo su bastión y confirmó que ya no es solo un dirigente local, sino que empieza a tallar a nivel departamental. La interna dentro de Unidos lo tuvo como uno de los protagonistas centrales, en una contienda donde, a pesar de la derrota, su figura quedó fortalecida.

No se puede decir lo mismo del desempeño del oficialismo provincial en otras localidades del departamento. En Roldán, donde gobierna Unidos, el peronismo también se impuso por una diferencia menor, pero derrota al fin. Esos resultados obligan a una reflexión interna del radicalismo y del armado ampliado que hoy representa Pullaro en la provincia. Las señales están claras: la unidad del PJ, incluso en versiones reducidas, sigue siendo competitiva.
En San Lorenzo, la unidad del peronismo impulsada por Traferri funcionó una vez más. Logró retener el voto partidario bajo la figura del actual concejal y ex candidato a intendente Esteban Aricó, quien viene de una campaña municipal donde superó los 13 mil votos. Esta vez, sin PASO y con una estructura más contenida, estuvo cerca de los 9 mil. Del otro lado, la interna de Unidos tuvo cinco listas en competencia, con Gustavo Oggero como claro ganador, sumando más de 6 mil votos, seguido por Sebastián Mascherano, que superó los 1.100. Un reparto que ordena, pero también muestra que la dispersión puede ser un riesgo de cara a la general.
El dato disruptivo en la ciudad fue el desempeño del candidato libertario Leonardo D’Alessandro, un outsider que logró más de 1.700 votos. De esta manera, La Libertad Avanza se consolidó como la tercera fuerza local, y no es un dato menor. En toda la provincia, si se hubieran sumado las listas encabezadas por Eugenia Rolón y Amalia Granata, la expresión libertaria habría alcanzado el 26%, quedando como segunda fuerza a nivel provincial, por encima del peronismo, que con las boletas de Monteverde y Lewandowski quedó por debajo del 24%.
Estos resultados explican la reflexión que el expresidente Mauricio Macri le transmitió en privado a Pullaro y a Gisela Scaglia tras conocerse los números finales: la necesidad de construir un frente lo suficientemente amplio para enfrentar al peronismo, que —cuando actúa con unidad— siempre es un jugador a tener en cuenta.
La elección fue una foto nítida del momento político de Santa Fe. Un electorado desmovilizado, marcas nacionales que traccionan fuerte, territorios con liderazgos consolidados y un peronismo que, sin brillar, sigue siendo competitivo cuando se ordena.
Ahora empieza otra historia. En junio se juega el verdadero partido.