Se proyectan para la región 6.000 robos en el año 2013

Los robos y atracos sucedidos durante el 2013 en la región se sucedieron con mayor rigurosidad que otros tiempos. Al menos eso se expone en la población del segmento poblacional que se extiende desde Capitán Bermúdez a Puerto San Martín.


Hablar de sensación no es demasiado científico, pero en virtud a la falta de información oficial que aporta la Unidad Regional XVII, la rigurosidad periodística se ve limitado, aunque no por ello impedida de exponer una realidad incontrastable.

Las actuales autoridades de la Jefatura San Lorenzo, encabezadas por el comisario Walter Miranda, parecieron decididas casi desde su asunción, a finales del año pasado, a contener el grado de inseguridad urbana y alejar cualquier percepción de un avance de cualquier ola delictiva.

Para ello eligieron un camino equívoco, como es el ocultar información. Pensar que sin hechos admitidos exime cualquier argumento sobre el incremento en los niveles de inseguridad, fue el plan puesto en marcha, pero eso no se condice con la realidad.

Cada parte de prensa emitido desde la Unidad Regional da cuenta de pocos sucesos, y mayormente se limitan a informar esclarecimiento de casos que antes no habían admitido.

Entre robos, hurtos, atracos y arrebatos, se promedian no menos de una docena de hechos ilícitos, que de acuerdo a la tradición aumentan durante los fines de semana. Tomando esta base, desde el pasado 1`de diciembre al próximo 30 de noviembre se habrán concretado alrededor de 6 mil delitos en esta región, una cifra que, de por sí, preocupa.

Si sobre este volumen se esclarecen entre 3 a 4 ilícitos diarios, el total de hechos resueltos oscilaría el 15%, una cifra demasiada baja y que promedia a la de todo el país.

A diferencia de su antecesor, el comisario Aníbal Rodríguez, el actual titular de la Unidad Regional XVII prefiere, lo dicho, ocultar información, y también se diferencia de aquel en el contacto que sostiene con las organizaciones barriales e instituciones diversas que claman por más seguridad.

Los patrullajes en las áreas urbanas, a destiempo de las necesidades típicas por estos tiempos que exponen los vecinos, y el remanido tema de los servicios adicionales, son situaciones que Miranda jamás supo cómo resolver.

Quizás el hecho de un cercano retiro hace que, por todo este año, el comisario apostara a no complicarse la vida.

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