La delegación de Uruguay ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) puso en agenda la urgencia de retomar las negociaciones bilaterales para asegurar la continuidad del dragado en el río Uruguay. El motivo es claro: en marzo de 2026 vence el actual contrato de mantenimiento con la empresa belga Jan de Nul, y los tiempos para definir una nueva licitación ya apremian.
“Hay que tener todo encaminado antes de marzo”, advirtieron desde CARU al diario uruguayo La R, señalando que el proceso para acordar una nueva etapa del dragado es complejo, implica decisiones diplomáticas de alto nivel y requiere estudios de impacto, proyecciones comerciales y definiciones técnicas.
La nueva delegación uruguaya, presidida por Cecilia Bottino, asumió en mayo, mientras que la argentina lo hizo a fines de junio. Ambos equipos tendrán la responsabilidad de avanzar rápidamente en una hoja de ruta consensuada para evitar que la vía navegable más importante del litoral quede paralizada en un punto estratégico para las economías regionales.
El interés uruguayo: Fray Bentos y el 45% de la producción de granos
Uno de los impulsores históricos del dragado es el exintendente de Río Negro, Omar Lafluf, quien subrayó la importancia económica de la obra para la salida de la producción agrícola uruguaya, en especial desde el puerto de Fray Bentos. Según Lafluf, en un radio de 120 kilómetros de esa terminal portuaria se concentra el 45% de los granos del país.

“El estudio ya está hecho entre Nueva Palmira y Fray Bentos. Es fundamental dragar para poder salir. Si solo un millón de toneladas salieran por allí, equivaldrían a 33 mil camiones en la zafra. Eso justifica el esfuerzo: un kilómetro de ruta cuesta un millón de dólares”, argumentó.
Dragar a 34 pies: informes positivos en la OPP
Actualmente, la profundidad del río Uruguay es de 25 pies (7,6 metros), aunque en cuatro pasos críticos el calado es aún menor. Los informes técnicos presentados ante la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) de Uruguay avalan la factibilidad económica de llevar el dragado a 34 pies (10,3 metros) entre los puertos de Fray Bentos y Nueva Palmira.
Según Lafluf, bajo la presidencia de Isaac Alfie en la OPP se financiaron dos consultorías que confirmaron tanto la viabilidad financiera como la conveniencia logística del proyecto. Estos informes están ahora en manos del Fondo Nacional de Preinversión (Fonadep), a la espera de decisiones políticas concretas.
¿Qué implica esto para Argentina?
La continuidad del dragado en el río Uruguay es un tema de interés compartido. Para Argentina, representa una oportunidad para potenciar los puertos del litoral entrerriano, como Concepción del Uruguay, además de garantizar condiciones de navegación más competitivas para cargas en tránsito.
La discusión vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de pensar estratégicamente la red troncal de vías navegables, que incluye al Paraná y al Uruguay, bajo criterios de integración regional, equilibrio ambiental y sustentabilidad operativa.
El reloj corre. Si no hay definiciones antes de marzo de 2026, el mantenimiento del calado podría interrumpirse, afectando el movimiento de cargas y el desarrollo de toda la cuenca del río Uruguay.