Sin conocer la sentencia a los genocidas, murió este jueves Manuel Casado

El ex sindicalista desaparecido en la última dictadura militar en la región Manuel Casado murió este jueves en el Instituto Médico Regional. Era el motor de la causa de delitos de lesa humanidad que tendrá sentencia en menos de un mes.


Ningún militante podía salir de su asombro y desazón. A las 11.30 de este jueves murió en la habitación del Instituto Médico Regional el ex secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de San Lorenzo Manuel Casado.

Casado fue secuestrado el 25 de marzo de 1976 en la esquina de Urquiza y San Martín de San Lorenzo, donde fue “marcado” –según precisó él mismo- por el entonces Asesor de Asuntos Jurídicos Pedro Alberto Rodríguez. Fue llevado a la Municipalidad, a la Jefatura de Policía y al Batallón de Arsenales de Fray Luis Beltrán, siendo torturado en reiteradas oportunidades bajo las directivas de los ex militares Osvaldo Cervera y Horacio Maderna.

La primera vez que Manuel Casado contó su secuestro ante un juez fue el 7 de noviembre de 2003. Desde entonces, brindó seis declaraciones en la etapa de instrucción y fue sometido a tres careos con los imputados en la causa, Rodríguez y los militares Horacio Maderna y Rubén Cervera. Casado era secretario general del gremio municipal de San Lorenzo, un operario que se desempeñaba como «encargado de pavimento». Estuvo unos diez días secuestrado y pocos días después de su liberación, fue cesanteado de su trabajo. El propio Maderna le recomendó que dejara de reclamar la reincorporación. «Usted tiene cinco hijos, es feo que se queden sin padre», fue la amenaza apenas velada del capitán, que era subjefe del Batallón de Arsenales de Fray Luis Beltrán y secretario de gobierno municipal de facto.

Ante el TOF 1 que preside Otmar Paulucci e integra también José María Escobar Cello, Casado relató el mes pasado, por décima vez, que volvía del cementerio con su madre y sus hermanas, aquel 25 de marzo de 1976, a la tarde, cuando vieron varios vehículos militares por la calle. A él lo alzaron a los golpes, lo llevaron hasta la Municipalidad, donde fue agredido por un cabo de apellido Pintos, entre otros. Allí pudo ver a los tres acusados.

«Ellos no eran los que pegaban, pero daban las órdenes», dijo. Más tarde, los militares fueron hasta su casa, donde revisaron «todo» en busca de armas. En medio de esa faena, revolearon un colchón en el que estaba el pequeño hijo de Casado, de una semana de vida. Tras el allanamiento, volvieron a llevar a Casado a la Municipalidad, para trasladarlo más tarde al Batallón. Allí pasó varios días. Además de recibir golpes constantemente, fue torturado. Unos días después, Casado fue llevado a la Jefatura de policía de San Lorenzo, donde permaneció en un altillo. Otra vez, Maderna, en presencia de Rodríguez y Cervera, le preguntó por su actividad política. Tres días después, recuperó la libertad, pero no volvió a trabajar en la Municipalidad hasta 1990, cuando el Concejo municipal le devolvió su puesto.

Hoy la noticia es triste y conmueve a todo un gran arco social de la región. A pocos menos de un mes del cierre del Juicio y de que se dicte sentencia (se especula con una pena de 15 años para los tres acusados) Casado se fue, abatido por un enfermedad crónica que lo aquejaba desde hace mucho.

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