Marcelo Lewandowski

“Soy rosarino de pura cepa y hoy Rosario sufre; quiero ayudar desde donde sea”

“Soy rosarino de pura cepa y hoy Rosario sufre; quiero ayudar desde donde sea”

Marcelo Lewandowski
El senador nacional, quien según las encuestas es el único candidato peronista con chances concretas de triunfo electoral, dejó en claro que prefiere competir por el sillón que hoy ocupa Pablo Javkin por encima de una candidatura a gobernador.
El senador nacional, quien según las encuestas es el único candidato peronista con chances concretas de triunfo electoral, dejó en claro que prefiere competir por el sillón que hoy ocupa Pablo Javkin por encima de una candidatura a gobernador.

El senador nacional Marcelo Lewandowski dejó una pista sobre su futuro político en 2023: “Soy rosarino de pura cepa y quiero ayudar desde el lugar donde sea. Hoy los rosarinos sufrimos”, le dijo a Marcelo Fernández en el programa «Así estamos», que se emite los domingos a la medianoche por Telefe Rosario. De esta manera, comenzó a despejar incógnitas: la primera es que tiene pensado competir por un cargo ejecutivo en las elecciones del próximo año; la otra es que puesto a elegir dónde hacerlo, prefiere batallar por el sillón que hoy ocupa Pablo Javkin por encima de una candidatura a gobernador.

El legislador del Frente de Todos es la bala de plata del peronismo santafesino, casi el único con posibilidades de dar una pelea electoral seria en 2023 con posibilidades de victoria tanto en la provincia como en Rosario. Si bien esquivó dar una definición categórica acerca de una candidatura (“quiero ser muy prudente, especialmente en este contexto”), consultado sobre si le gusta más la ciudad o la provincia fue claro: “Soy rosarino de pura cepa y quiero ayudar desde el lugar donde sea. Hoy los rosarinos sufrimos. Sufren mis hijos, mi familia, mis amigos. No me gusta que en Buenos Aires me digan ‘che, está jodido Rosario’. Me pone mal. Me van a encontrar en el lugar donde mejor pueda hacer las cosas”.

Por otro lado, Lewandowski analizó con cierta esperanza y a la vez con un dejo de resignación la designación de Sergio Massa como ministro de Economía. “La llegada de Sergio Massa y su equipo al gobierno es una de las pocas alternativas que quedan para ver si se puede encauzar la situación”, consideró.

“El país vive un momento muy crítico y raro a la vez. Porque las fábricas trabajan, el Gran Rosario tiene una de las tasas de desocupación más baja de los últimos tiempos; hay dinero que no está en el circuito, pero existe; lo mismo que las cosechas”, agregó. “Los problemas son la inflación y la falta de dólares para seguir moviendo la rueda -sostuvo-. Otra cuestión también es el caso de muchos asalariados que tienen un trabajo registrado y no llegan a fin de mes”.

Si bien se mostró entusiasmado con que “se puede salir porque, a diferencia de otras crisis, ahora hay plata”, admitió que “hay un problema político que se debe resolver para generar confianza y que ese dinero, que hoy no está en circulación, se invierta en el sistema productivo”.

La violencia en Rosario

Según Lewandowski, para solucionar los azotes de violencia que vive Rosario “no se puede hacer una sola acción”, sino varias de manera coordinada. “Lo que pasa hoy en zonas más céntricas se vive en los barrios desde hace mucho tiempo. Hay un sistema del narcotráfico enraizado en los barrios ante la ausencia del Estado, entonces no alcanza con más gendarmes o más policías. Se necesita una serie de medidas que actúen en conjunto: la Policía, la Gendarmería, el Servicio Penitenciario, la Justicia… Hay que revertir un entramado social, ya que existe una economía concreta que está vinculada con el narcotráfico en los barrios. Cuanto más tiempo pase más difícil será, pero hay que trabajar”, señaló.

“Los que entienden de la materia dicen que al descabezar las bandas se multiplicaron las segundas y terceras líneas. Entonces se ramificaron en pequeños negocios en los que la economía familiar ha pasado a ser la venta de droga. Ya no alcanza con ir a un barrio y atacar al jefe del lugar porque la situación se atomizó, hay muchos más actores en el negocio”, dijo.

También destacó las tareas de manera conjunta que realizan las fuerzas de seguridad nacionales con la policía provincial, pero opinó que aún no son suficientes. “El informe que presentó el ministro (de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández) indica que se han realizado más de 1.000 procedimientos con más de 1.000 detenciones. ¿Alcanza? La verdad que no, porque la situación no mejoró. El mismo informe dice que cuando se intervino en un barrio hubo buenos resultados, pero que en otras zonas no ha sido suficiente todavía”, expresó, antes de reflexionar: “Estos números de muertes existen solamente en Rosario. En ningún lugar del país se ve algo así. Y no es que en el resto del país no venden droga”.

Como parte de su agenda de trabajo, comentó que habló de la seguridad “con todos los actores posibles: policías retirados, especialistas en seguridad, abogados estudiosos del tema, policías en actividad, guardiacárceles, agentes de los servicios de inteligencia… con todos. Y está claro que no es un tema sencillo de resolver”.

En ese sentido, contó: “Los viejos comisarios dicen que se ‘horizontalizó’ la fuerza policial, algo que se está tratando de corregir con más escuelas de Policía. De a poco lo intentan cambiar, pero hay agentes que vienen del norte de la provincia a Rosario, trabajan 48 horas seguidas y después se vuelven a su lugar y siguen en servicio, luego hacen adicionales, les queda un día para ver a su familia y al final vuelven a tomar servicio. No hay forma de que ese agente sea eficiente”.

Para Lewandowski, “hay que volver al viejo sistema con una fuerza con conducción verticalista” y se mostró en desacuerdo con la eliminación de las comisarías barriales. “Hoy no estamos preparados para eso. Cuando lo planteás te dicen que se reemplazó con la tecnología del 911, pero la comisaría cercana daba otra seguridad y hasta podías ir corriendo a pedir auxilio. Eso ya no existe”, lamentó.

Entre otros puntos que se deben abordar cuando se habla de seguridad es la tarea de contención social. “Vino hace unos días a la Defensoría del Pueblo un especialista español que desde hace unos años trabaja en San Isidro y en Córdoba, que hace un trabajo social importante con jóvenes que delinquen de entre 12 y 18 años, y también con aquellos que tienen un perfil determinado que pueden caer en el delito. Un chico debe estar contenido la mayor cantidad del tiempo posible”, dijo Lewandowski.

En ese sentido, apuntó: “Se necesita hacer un trabajo de hormiga, no necesitamos un Estado con rueditas, que vaya a un barrio, haga un operativo y se vuelva. Hay que instalarse con fuerzas de seguridad y con acciones concretas”.

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