Todo comenzó el jueves pasado a las 13:30 horas, cuando Tito salió de su casa y comenzó a correr detrás del auto de su dueña, Ivana, quien se dirigía a llevar a su hija a la escuela. En la zona de Santiago del Estero y San Carlos, Tito fue atropellado por un vehículo y, presa del miedo, escapó sin rumbo fijo.
Desde ese momento, se desató una búsqueda desesperada. Familiares, amigos e incluso desconocidos se movilizaron por las calles y a través de redes sociales para encontrarlo. “Es un perro que adoptamos de una protectora y toda la familia lo ama profundamente. Recibimos muchísimos llamados y lo buscamos por todas partes. Mi padre, que tiene 82 años, caminó medio San Lorenzo, revisando incluso contenedores de basura”, contó Franco, esposo de Ivana.
La búsqueda terminó el sábado por la mañana, cuando Elvio, un amigo de la familia que vive en Pueblo Andino, decidió revisar la casa donde la familia había vivido hasta hacía dos meses. Para su sorpresa y alegría, encontró a Tito en la entrada, temblando y con una herida en el ojo.
Franco no tardó en ir a buscarlo y lo llevó rápidamente al veterinario, quien le aplicó una inyección para desinflamar la lesión. Afortunadamente, Tito ya está de vuelta en su nuevo hogar, rodeado de amor y en buen estado de salud.
“Tito es un perro rescatado de la calle aquí en San Lorenzo, gracias a personas que hacen esa tarea con el corazón. Lo adoptamos y se convirtió en parte de nuestra vida. Hace diez años que es uno más de la familia, nos acompaña a todos lados. Estos tres días fueron de una angustia enorme para nosotros y para nuestros hijos, que lo adoran. El agradecimiento que sentimos es inmenso», expresó Ivana, aún emocionada.
Así, el pequeño gran héroe de cuatro patas logró lo impensado, guiado por el amor y el instinto. Hoy, Tito no es solo un perro más: es SuperTito, el fiel compañero que nunca se rinde.
