La declaración aportada el viernes por el ex fiscal Gustavo Ponce Asahad, preso desde agosto por formar parte de una red de protección al juego clandestino en la provincia, suministró detalles de un esquema que implica en forma regular a este delito con miembros de otros poderes del Estado santafesino y que según afirmó alimenta el financiamiento ilegal de la política. En el centro de las 3 horas y 40 minutos que llevó el relato del ex funcionario judicial, que con sus dichos busca obtener una ventaja procesal en el trámite penal, estuvo el nombre del senador provincial Armando Traferri. Ponce Asahad sostuvo que el legislador por el departamento San Lorenzo fue el organizador de la estructura que conectó al capitalista de juego Leonardo Peiti, quien declaró como imputado arrepentido, con el ex fiscal regional Patricio Serjal y con él mismo.
Ponce Asahad aseguró que entró en contacto con Traferri para cerrar acuerdos que implicaban cobrarle a Leonardo Peiti cuotas regulares de dinero de manera de no interferir en sus múltiples negocios de juego y casinos clandestinos diseminados en la provincia. Proporcionó lugares de encuentro y fechas que serán cotejados por los investigadores con el impacto de los teléfonos celulares de ambos en las antenas de telefonía ubicadas en los lugares mencionados. En ese marco afirmó que su primer encuentro con el senador provincial fue en la sede del Ministerio Público de la Acusación (MPA), en Montevideo 1968 de Rosario, el 24 de abril de 2017, es decir dos semanas después de que Serjal asumiera como fiscal regional.
El ex fiscal siente que le soltaron la mano y no quiere pasar las Fiestas tras las rejas. Esta semana, cuando enfrente la apelación de su prisión preventiva, pedirá que se tenga en cuenta que confesó buena parte de los delitos que la fiscalía le achaca y brindó información “hacia arriba”, y que por lo tanto se diluye la posibilidad de entorpecimiento de la investigación y ocultamiento de pruebas. La fiscalía, que hasta aquí viene haciendo un trabajo impecable, logró cerrar un primer círculo: tiene al que pagó las coimas como arrepentido y a uno de los que cobró confeso. Incluso si lo que Ponce Asahad buscase es un juicio abreviado, los fiscales podrían contar con una primera condena que consolide todo el resto de la investigación.
Que dicen los diputados y senadores
Tal como ordenó la jueza Verón, las copias en pendrive de la declaración de Ponce Asahad estaban en la Legislatura y la Corte el mismo viernes a las 19. Iban acompañadas de una nota firmada por los fiscales junto con la resolución de la jueza y se solicitaba la reserva del caso. Este último punto generó dudas, al menos en la Cámara de Diputados. Miguel Lifschitz pidió una aclaración sobre los alcances de esa reserva, al tiempo que convocó para el miércoles a la reunión de Labor Parlamentaria, de la que participan los presidentes de todos los bloques. Recién ahí se distribuiría y se acordaría una posición institucional.
Con la declaración de Ponce Asahad, la investigación sobre juego clandestino atravesó los muros del Poder Judicial y lanzó esquirlas en dirección a la política. Si los fiscales encontrasen indicios probatorios en las incriminaciones que hizo el ex fiscal para beneficiarse a sí mismo, deberán pedir el desafuero de el o los legisladores en cuestión y avanzar sobre los otros nombres. A esta altura de las cosas es imposible medir las implicancias del affaire del juego clandestino.
Ponce Asahad es un hombre de pertenencia al PJ, de buen vivir según quienes lo trataban, con íntimas vinculaciones con el menemismo y una carrera judicial cuestionada en el antiguo sistema penal que se compensó con el firme apoyo de un sector del peronismo.
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