Los momentos de crisis ponen sobre la superficie las inequidades salariales que se plantean en regiones como las del Cordón Industrial.
Como ya contamos en SL24 los estibadores nucleado en el SUPA cobran como jornaleros (modalidad del siglo pasado, donde un trabajador cobra por día) y para poder conseguilo son sometidos a un sorteo. Esta mecánica perversa y con atisbos de esclavitud moderna hacen que un trabajador no pueda garantizar un mínimo de ingresos ya que su jornada laboral depende de un par que muchachos que meten la mano en una “cajita” para sacar un papel con su nombre.
Este regimen laborar repudiable fue clave para la acumulación de poder de Herme Juárez, regimen que hoy las nuevas autoridades del gremio y la Cooperativa siguen utilizando para sembrar terror, regulando a discreción el trabajo de más de 300 jornaleros.
Como en épocas en que Juárez brindaba reportajes informando aumentos salariales y en los que nunca podía decir cuánto ganaba por mes un trabajador, ayer Juan Rojas, dirigente de la nueva comisión directiva, entró en ese mismo cono del silencio. Rojas relató en el reportaje que lograron un aumento del 35% para los jornales de los trabajadores, asegurando que una jornada de peón queda en 12.000 pesos por día. Con esta información se hace sencillo calcular los ingresos, si un estibador lograra trabajar un jornal entero, los 5 días de la semana todo el mes podría llevar a su hogar 240 mil pesos… Algo muy por debajo de lo que cobra un trabajador aceitero que tienen garantizado el ingreso mensual con todos sus derechos y no necesita de la suerte para pagar sus gastos.
Muchos socios de la Cooperativa que no tienen que pasar por el denigrante proceso de sorteo, trabajan en algún caso hasta dos jornales por día, violando todas las normas de seguridad vigentes ¿Cómo hacen para saltar los controles de seguridad e higiene de las empresas? Estos trabajadores van saltando de empresa en empresa, antes que termine un barco por ejemplo en el muelle de T6 avisan que van a seguir trabajando y son retirados de esa terminal y llevados a Cofco, generando los jornales y poniendo en juego su salud y la de los compañeros.
La actividad portuaria deberá comenzar un proceso de ordenamiento para romper con paradigmas arcaicos, que someten a cientos de familias a ingresar en un círculo vicioso que los posterga a la pobreza y garantiza que algunos pocos sean millonarios. Los estibadores que desplazaron a Herme Juárez despotricaban por las formas del histórico dirigente cuando eran oposición, pero una vez sentados en el sillón del poder parecen haber aprendido las “mañas” para garantizar que nada cambie.
