La historia de Cartagena Gin es la prueba de que las grandes ideas nacen en los momentos más inesperados. Todo comenzó en plena pandemia, cuando el tiempo libre y la curiosidad llevaron a Damián Ré a sumergirse en el apasionante mundo de la destilación. Sin experiencia previa, pero con una determinación inquebrantable, decidió experimentar con un pequeño alambique de cobre comprado en Mercado Libre.
Los primeros intentos fueron un desastre. Sin embargo, lejos de rendirse, siguió adelante, probando fórmulas, perfeccionando procesos y aprendiendo de cada error. Durante un año entero, su laboratorio improvisado se convirtió en un espacio de prueba y error, donde amigos y familiares fueron los catadores oficiales. Hasta que un día, después de mucha paciencia, pasión y esfuerzo, nació la receta perfecta.
Pero el desafío no terminaba ahí. Con un pequeño capital propio y una visión clara, tomó una decisión audaz: construir la primera destilería de gin de San Lorenzo, convirtiéndose en pionero en un rubro inexplorado en la ciudad. La falta de experiencia en la industria no fue un obstáculo, sino un motor para seguir aprendiendo y creciendo. Con determinación, trabajo duro y una apuesta total a la calidad, Cartagena Gin pasó de ser un experimento casero a convertirse en una marca que ya pisa fuerte en el mercado.
Hoy, Cartagena Gin cuenta con tres variedades únicas, cada una con su propio carácter y perfil aromático complejo, elaboradas íntegramente en San Lorenzo. Pero esto es solo el comienzo: en la destilería se están gestando nuevos secretos que pronto verán la luz.
Lo que nació en la cocina de un apasionado por la destilación hoy se encuentra en vinotecas de San Lorenzo y en distintas localidades del país. Un sueño que, con perseverancia y visión, se transformó en una marca que representa calidad, innovación y el espíritu emprendedor de la región.
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Cartagena Gin: Aroma y sabor en cada botella, con el sello de un emprendedor que desafió los límites.
