El conflicto en el Puerto de Rosario está en su peor momento, con corte de calles y quema de gomas en la puerta de la casa de uno de los directivos TPR.
Al conflicto gremial sustentado en pedido de aumento salarial se van sumando componentes políticos, sindicales y empresariales que dejan suponer que detrás de los reclamos laborales se esconden intereses que van más allá de los trabajadores. Desde hace varios meses que se ve en la superficie movimientos mediaticos y dirigenciales anclados en falta de inversión y causas de narcotráfico que van haciendo del obsoleto Puerto de Rosario un lugar hostil para la inversión y el futuro.
En la última semana se conocieron movimientos en las autoridades del ENAPRO desplazando las autoridades del concesionario e introduciendo a la mesas a la Bolsa de Comercio y al concesionario de la terminal de graneles del Puerto Rosario. Para un desprevenido estos movimientos no dicen mucho, algo que iremos analizando y poniendo sobre la mesa cuando los acontecimientos se vayan sucediendo.
Las afirmaciones publicadas hoy en el portal Rosario 3 son de extrema gravedad y dejan evidencia el rol que parece jugar las autoridades del SUPA “El gremio propuso en ese encuentro que se le quite la concesión a TPR (sus socios son Vicentin y la chilena Ultramar) por reiterados incumplimientos en sus obligaciones contractuales, por ejemplo inversiones”. Según propias declaraciones del gremio trabajan 1000 estibadores en el complejo portuario situación que puede generar una crisis social profunda en la ciudad.
Es curioso la posición que algunos dirigentes gremiales están optando, publicamos la semana pasada como el gremio SOEPU de San Lorenzo sin tener afiliados en una empresa de tratamientos pedía que se cierre la empresa.