Un truco para disfrutar la pandemia


Si Internet era central en la vida desde hace ya más de una década, cuando llegó a los teléfonos móviles se volvió evidente que redundaría en cambios rotundos en los hábitos, en la forma de comunicarse, en el desarrollo de nuevos géneros de conversación y compartidas de virales para reír, emocionarse e informarse. 

Desde 2020, además, fue trascendental para formarse, capacitarse, educarse, estudiar, trabajar, buscar empleo, pedir envíos de comida, hacer las compras mensuales, acceder a contenidos culturales como series, películas, libros, obras de teatro, recitales de música. Buena conexión en casa y packs de internet para los momentos al aire libre se volvieron importantísimos. 

¿Se puede disfrutar en pandemia?

La conectividad se convirtió en una palabra de la cotidianeidad. Su significado se volvió masivo. Junto con estos cambios, un dispositivo como un ordenador de escritorio, una notebook, una tablet, un celular de poco sirven si no tienen conectividad, si no pueden conectarse con otros dispositivos, si no tienen acceso a la web. Algo similar sucedió durante la pandemia con las personas. Quienes no tuvieron acceso a la conectividad, quedaron relegados en múltiples planos.

Quienes cuentan con una buena red habrán sufrido el encierro y las restricciones de movilidad y actividad en un grado mucho menor que quienes no la tenían. El tiempo de quedarse en casa habrá sido utilizado para cultivarse de una u otra manera, con mayor o menor adecuación a los intereses o necesidades, pero sin duda no habrá sido tiempo perdido. 

Escapadas

Durante algunos períodos estuvo prohibido, pero la mayor parte de la pandemia se pudo realizar viajes por el país, con los permisos requeridos y los cuidados de siempre, viajar se volvió necesario para muchas personas que pasaron demasiado tiempo encerradas en sus casas. 

Los fines de semana largos, los recesos invernales, las propias vacaciones de verano fueron oportunidades que se disfrutaron más que nunca. Para la ruta, para ese nuevo hogar temporario que no cuenta con WiFi, para esa visita al río o al campo, los packs de internet mensuales fueron un insumo imprescindible. 

Aprovechar el aire libre

Desde que la posibilidad de hacer deportes se recortó, los profesores de gimnasia se reconvirtieron a la virtualidad. Las clases a distancia, cada cual desde su casa se multiplicaron. Individualmente o en grupo, ejercitarse se tornó clave para no volverse seres sedentarios y evitar sufrir todas las enfermedades que puede traer aparejado el sedentarismo. 

Con los grupos de gimnasia a distancia ya consolidados, la ubicación de las casas, los barrios en que cada cual viviera ya no importaban. Sin embargo, en cuanto se pudo salir a los parques, se convirtió en tendencia la clase virtual desde los parques. Los gimnastas con su trípode y su celular en espacios verdes se volvieron parte del paisaje. Los packs de internet mensuales afloraron y se hicieron tendencia por eso, pero no solamente por eso. 

Pagar sin contacto

Con los packs de internet, además, se pueden garantizar las compras a través de aplicaciones de pago en cualquier feria al aire libre, esa actividad permitida que permite divertirse, airearse y volver a casa con algún auto regalo. 

Claro que vale para todas las compras, ya que la dificultad de pasar por un cajero automático como cuando la mayor parte del tiempo se pasaba fuera de la casa vuelve al pago electrónico una nueva costumbre, de esas que permanecerán a través del tiempo. 

Los packs también permiten disfrutar de cualquier canción a la hora de correr o de salir a caminar en busca de esa tan escasa vitamina D. Con los packs de internet mensuales ya no hace falta preocuparse por descargar la música indicada antes de salir. 

Nuevos hábitos

Además, cualquier pack garantiza WhatsApp ilimitado. En cualquier rincón del país se pueden enviar y recibir mensajes, sin necesidad de contar con WiFi ni datos. No hay límites. Así como están en extinción los teléfonos fijos, también lo estarán los timbres. El mensaje previo a llegar, ahorra esa vieja costumbre.

Internet ya es parte del cuerpo cada instante. Estar fuera de casa y no tener datos se siente en la piel. La conectividad no sólo es parte del presupuesto de un hogar. Es garantía de entretenimiento y de educación. De trabajo y de desarrollo personal. Es tan importante como el aire. Estar conectado es desaprovechar una oportunidad. 

Comentarios