En el episodio 56 de Up River, el abogado maritimista Ignacio Penco analizó junto a Jorge Metz y Nicolás Carugatti las consecuencias de la derogación del Decreto 340, una medida que buscaba modernizar el régimen del cabotaje y fortalecer la competitividad de la marina mercante argentina, pero que fue anulada tras el rechazo en ambas cámaras del Congreso.
“Fue más político que técnico”, resumió Penco, quien explicó que el DNU 340/2024 contenía disposiciones clave para actualizar un sistema legal que hoy mantiene a la marina mercante en estado de supervivencia.
Entre los puntos que el decreto proponía y que quedaron sin efecto tras su derogación, mencionó la ampliación de la edad máxima de los buques de 15 a 20 años, y la posibilidad de emitir certificados a través de sociedades de clasificación, lo que hubiera agilizado el registro y habilitación de embarcaciones bajo bandera argentina.
Según el especialista, la parte laboral del decreto “ya estaba cautelada por varios juzgados”, por lo que la anulación completa del texto implicó un retroceso innecesario. “La marina mercante argentina no está en condiciones de sostener más trabas. Cada año se achica más, y seguimos discutiendo sobre política en lugar de avanzar en una legislación moderna”, advirtió.
“Competimos con los camiones, y perdemos”
Penco trazó un panorama preocupante: “La marina mercante argentina no solo perdió frente a las flotas extranjeras, como la paraguaya, sino que incluso perdió competitividad frente al transporte terrestre nacional. Hoy, muchas veces, mover carga por camión dentro del país es más barato que hacerlo por barco”.
El abogado sostuvo que el marco regulatorio vigente —heredado de una Ley de Navegación “proarmador” de otra época— genera una estructura burocrática y costosa, incompatible con el modelo productivo actual.
“Encarecer al campo o a las petroleras con una marina mercante ineficiente no tiene sentido. Esas son las industrias que mantienen viva la economía, y el transporte debe acompañar, no obstaculizar”, señaló.
Costos laborales y conflictos que traban el sistema
El especialista diferenció entre “salarios” y “costos laborales”, subrayando que el problema no es el ingreso del trabajador sino los sobrecostos que surgen de prácticas anacrónicas, conflictos gremiales desmedidos y un sistema impositivo que castiga la actividad.
“Tenemos paros por la marca de una gaseosa o por un paquete de galletitas. Se exige pagar a tripulantes que están de franco mientras una empresa externa repara el buque, cuando ya cobran 40 horas extras mensuales garantizadas. Así no hay negocio posible”, afirmó Penco, aludiendo especialmente al caso del sector pesquero y los buques areneros, donde los costos operativos hacen inviable cualquier rentabilidad.
“La soberanía no se mide por la bandera del barco”
Uno de los puntos más contundentes del análisis fue su definición sobre el concepto de soberanía en la navegación.
“La soberanía no se mide por tener una flota de bandera argentina parada en los puertos, sino por la capacidad del país de exportar sus productos al mundo”, dijo.
Citó el caso de Tierra del Fuego, donde “es más barato abastecer por camión que por barco”, como ejemplo de una política que privilegia la retórica sobre la eficiencia.
Penco insistió en que la falta de una legislación moderna, consenso político y visión de largo plazo condena al sector a seguir perdiendo terreno. “No se trata de tener barcos pintados de celeste y blanco, sino de tener un sistema que funcione, que genere trabajo y que conecte de manera competitiva al país con el mundo”, concluyó.
Un retroceso que frena la modernización del cabotaje
El Decreto 340, ahora derogado, había sido concebido para flexibilizar el régimen de cabotaje, facilitar el ingreso de buques al registro argentino, y adecuar la normativa a los estándares internacionales.
Su anulación, según Penco, devuelve al país a un esquema “rígido, ineficiente y fuera de tiempo”, donde la flota nacional se reduce año tras año y las oportunidades de inversión se diluyen frente a la competencia regional.
“Derogar un decreto que traía soluciones técnicas concretas fue un error político. Lo que necesitamos no es más debate ideológico, sino decisiones que le devuelvan a la marina mercante argentina su rol estratégico dentro de la economía nacional”, cerró Penco.






