El diputado Julián Galdeano, a quien muchos señalan como el “gran armador político”, precisó cuáles serán los principales ejes de gestión en caso de que Carolina Losada asuma el mando de la Casa Gris el próximo 10 de diciembre, en un extenso mano a mano que mantuvo con Marcelo Fernández en el programa «Así Estamos», que se emite por Telefe Rosario.
—Dicen que usted es el gran armador, fue el que trajo a Carolina Losada a la política. ¿Es así?
—Somos un equipo y somos unos cuantos, y a algunos nos toca jugar de cinco y a otros patear los penales. Y a Carolina Losada ha costado bastante convencerla porque tenía opciones. Me sorprendió mucho eso porque Carolina, desde que se involucró en la política, empezó a generar un vínculo distinto con la gente del que tenía como periodista, y eso la motiva muchísimo. Y la verdad que lo que más la motivó no es aquello en lo que nosotros podemos influir u orientar, sino la energía que muchísimos santefesinos le transmitían: “Necesitamos que te involucres, que hagas algo, que venga algo nuevo, queremos que cambien las cosas, los que estuvieron fracasaron, confiamos en vos, necesitamos a alguien que sea nuestra voz, que nos escuche”. Ese fue el detonante para empezar.
—Ahora, y ya saliendo de la figura de Losada y yendo al espacio opositor, en Santa Fe es imprescindible un cambio de verdad, no un maquillaje.
—Nosotros tenemos un equipo y un proyecto que tienen que ver con eso. Santa Fe se estancó, es cierto, y ese estancamiento institucional y de gobierno y del funcionamiento propio del Estado, no atrasa, porque hay un empuje tremendo por la actividad privada, pero obstaculiza, no permite que sea un trampolín de desarrollo de lo que podría ser Santa Fe, de lo más básico, funcionamiento de la administración pública, la burocracia, la ausencia de modernización tecnológica en los procedimientos del Estado, desde el API hasta un trámite de una habilitación de lo que fuere. Entonces nosotros vamos por un esquema distinto. No es solamente acceso a la información pública, sino que existen todavía muchos privilegios, muchos agujeros negros en la administración, y nosotros para eso tenemos medidas disruptivas que van a dar que hablar y que tienen que ver con un Estado moderno, de cercanía, con tecnología, digitalización. Y obviamente un abordaje con muchísimo coraje y sentido común de la problemática de la violencia y la inseguridad.
—Santa Fe está dominada por las mafias: la del narcotráfico, la policial, la empresaria, la política y la periodística también. Esa estructura de mafias que se vinculan entre sí es la que hay que romper. Hay que hacer un cambio de raíz: ¿están dispuestos a ir al hueso?
—Cien por ciento de acuerdo. Compartimos eso. Romper todo esto implica terminar con espacios de corrupción, de discrecionalidad en el Estado, de falta de política. Nosotros queremos jerarquizar a la Policía, no solamente en el salario, sino en capacitación, equipamiento, y también en control de la propia fuerza. Actualmente tenemos un procedimiento con ocho personas en toda la provincia que analizan el control patrimonial de los jefes policiales, con un sistema antiquísimo, prácticamente como una máquina de escribir. Entonces, ¿qué control de corrupción se puede hacer de esta forma? Si hay una denuncia se deriva a la propia Unidad Regional, donde el propio comisario jefe de Unidad decide qué investigar y qué no; entonces los tiene agarrados a muchos de los agentes de esa circunscripción. Hay muchas cosas por cambiar. Hay ventajas y desventajas: Santa Fe tiene ventaja desde el punto de vista de las finanzas públicas bajo nivel de stock de deuda, potencialidad para crecer en ese sentido, pero hay que saber orientar esa inversión; no podemos tomar deuda para tecnología de seguridad, sí lo podemos hacer pero con un plan. Se multiplican los centros de monitoreo de vigilancia en municipios que no están interconectados con el centro provincial, entonces para qué sirve que pongan 50, 60 cámaras si eso no forma parte de una planificación.
—¿Usted será el ministro de Gobierno en caso de que Losada sea gobernadora?
—Falta mucho. Lo que sí puedo decir es que vamos hacia un Estado más austero, sin echar empleados, tornarlo más eficiente.
—¿Están trabajando sobre un plan concreto?
—Aspiramos a que de 13 ministerios queden 8, que haya una ley que permita reubicar el personal público. Vamos a tener cinco programas esenciales de gobierno. Uno tiene que ver con fortalecer las estructuras del MPA, los Centros Territoriales de Denuncia y los Centros de Monitoreo, etcétera. Otro se se ocupará del abordaje de los chicos en la escuela, las adicciones, los abusos; otro tema es la problemática de que los chicos terminen la escuela, con los programas de volver a estudiar, lo que hizo el socialismo. Hay 149.000 empleados públicos, muchos de los cuales no tienen ni siquiera motivación para trabajar en las áreas donde están, a veces ni funciones.
—¿Cómo ve la interna con Pullaro y con Fein?
—Estamos confiados en nuestra propuesta. Creemos que es una propuesta que, sin venir de la política tradicional, tiene equipos que pueden aportar experiencia y mostrar de qué manera queremos hacer las cosas, con una candidata muy potente como Carolina. Hay un armado territorial muy serio. Nos preocupa, sí, la proliferación de campañas en redes con mucha agresividad, desde portales que no se sabe quién los financia ni por qué. Sale un video todo editado en el que te muestra que fulano dijo una cosa y fulana otra cosa, eso la verdad que no ayuda a un modelo político de representación, sino más bien de desprestigio, donde todo el mundo cae en la misma bolsa, no es sano.
—Estuve con una persona de los niveles más altos del establishment y me decía que el verdadero poder de la provincia reside en el Senado. ¿Cómo están trabajando las candidaturas del Senado?
—De todos los 19 senadores hay 17 que van por la reelección. Algunos están hace 20 y pico de años. Obviamente aspiramos a que nuestro gobierno tenga mayoría en el Senado, creemos que es factible. Hay varios senadores que tienen un altísimo grado de desgaste y estamos trabajando para ganar las elecciones en esos departamentos, no estamos lejos.
—¿Cómo se gana un departamento en la categoría senadores con la plata que manejan los que están en el cargo?
—Tenemos departamentos que son factibles de cambiar el signo político. Por ejemplo, San Javier. Por primera vez el intendente de San Javier, Mario Migno, que es de nuestro espacio, decide saltar a la elección departamental. Ahí nosotros gobernamos Román, San Javier, Colonia Teresa, pequeñas localidades del departamento. Si tenemos una estrategia inteligente, podemos ganar la senaduría de ese departamento. Nos puede suceder en otros, como Rosario y San Lorenzo, donde hay personas que se han comprometido en esta etapa de su vida con ser candidatos. Vamos a poner todo para torcer una mayoría que viene desde hace mucho tiempo en el Senado de la provincia, no es menor, es tan importante como ganar la Cámara de Diputados.
—¿Es consciente, y estoy seguro de que sí, de que en caso de ganar la gobernación tienen que lidiar con el Senado y no va a ser fácil para todos los cambios que proponen?
—Hoy estamos en 7 senadores sobre 18, porque Gramajo juega en el medio.
—Sí, pero parece que juegan todos para el mismo equipo…
—Sí, sí, pero si nosotros tenemos un bloque oficialista con mayoría en el Senado los cambios van a venir. Uno analiza desde la política y ve la postura corporativa del Senado y no la entiende, pero tampoco ha existido un bloque oficialista porque en definitiva los bloques peronistas del Senado estuvieron fragmentados, ninguno ha respondido al gobernador, entonces nunca hubo una línea política común. Creo que, sin ir en contra de cuestiones que pueden ser correctas, se deben terminar los privilegios; y eso vale para todos, no sólo para los senadores que están como estigmatizados; vale para todos los legisladores y los jueces también. Tenemos que tener un modelo de calidad institucional distinto.
—¿Cómo está terminando el gobierno de Perotti?
—Veo un gobierno que en algunas áreas se activó sobre el final, sin una estrategia y un plan en las cuestiones más críticas como la seguridad pública. Pensé que iba a ser distinto. Santa Fe es una provincia que en algunas áreas funciona prácticamente con piloto automático. Tenemos la Administración Provincial de Impuestos con un sistema arcaico, vetusto, antiquísimo, y sin embargo Santa Fe recauda bien. Eso tiene que ver con que tiene muchísimas empresas, que tiene una economía formal con un gran volumen y musculatura, pero no quiere decir que nosotros no podamos hacer las cosas mejor. Creo que si me preguntara, además del problema de la seguridad, que es obviamente el más evidente, ¿qué cuestionamiento le haría a Perotti? Es que retrocedimos en el ranking de posicionamiento nacional, Santa Fe retrocedió.
—La diferencia con Córdoba hoy es monstruosa…
—Córdoba tiene un lobby propio, un objetivo, sabe hacia dónde va. Tenemos al jefe de gabinete de ministros que es santafesino y no sabemos ni para qué aprovecharlo, ni él sabe. La verdad que falta proyecto de ambición y decisión política. ¿Qué es lo que le sobra a Carolina Losada? Decisión política y coraje desde el sentido común para cambiar cosas que no se explican por qué existen.
—Cuando se estaba dando la renovación del MPA, analistas políticos decían que a usted le gustaba más un candidato que otro y que coincidía con la idea que manifestaban Rafael Gutiérrez. ¿Eso lo vincula con su línea de pensamiento?
—No, porque por lo pronto el establishment santafesino apuntaba como fiscal general a alguien de Santa Fe y yo planteé de entrada que tenía que ser de Rosario. ¿Por qué? No porque crea en estas cuestiones de la territorialidad, pero en este caso en particular mi planteo político institucional fue que el principal foco de atención de la Justicia en el Ministerio Público de la Acusación lo debía tener en Rosario. No podía venir un marciano con una nave espacial sin conocer los actores, sin conocer la realidad del MPA de Rosario, a intervenir acá con el piloto automático clásico que tienen los santafesinos. Con todo gusto votamos a los fiscales que propuso el Ejecutivo, como Vranicich e Iribarren. Sí sé que hubo operativos que vinculaban a uno con otro. Yo tenía muchísimos conocidos míos y gente con la que tengo afinidad y respeto que se postularon en los concursos, tanto de fiscal general como de fiscal regional de Rosario, y siempre dije que con cualquiera de ellos se podía trabajar. Y tengo diálogo con los actuales fiscales y autoridades del MPA, como con aquellos que no quedaron en las ternas.
—Se hizo finalmente el frente de frentes, ¿cómo va?, ¿y qué pasará en caso de que le vaya bien?
—Creo que va a ser una campaña movidita, que va a generar bastantes olas dentro de Unidos para Cambiar Santa Fe. Habrá que aplicar toda la paciencia del mundo para ordenar esa coalición, que tiene muchísimas coincidencias pero que es heterogénea. Tenemos también miradas distintas sobre muchos temas, y si nos toca ganar la elección tendremos ordenar que los bloques parlamentarios y la inserción territorial de los intendentes.
—¿Por dónde pasan, Julián, las principales zonas de negociación en este caso?
—Me imagino que en la propia organización del Estado: qué espacio le toca a cada partido o a cada sector político que compite en estas Paso.
—¿Eso quiere decir lotear el gobierno? Porque el gobierno nacional tiene una mala experiencia con eso…
—Nosotros tenemos en eso una mirada crítica. Nos gustaría avanzar y es lo que vamos a propugnar, conformando equipos en cada gobierno, sin partidismo. En nuestro gobierno, el de Carolina Losada, si nos toca gobernar la provincia, vamos a equilibrar gente que venga de afuera de la política con gente de la política, hacer un mix: todos tienen que ponerse la camiseta del gobierno. También continuar las obras que Perotti encaró, y si un día en un acto nuestro Perotti tiene que cortar la cinta, que la corte como corresponde. No queremos esa puja de que todo lo que hizo el anterior gobierno está mal y empezar de cero como si la historia empezara con nosotros. Santa Fe tiene una historia, y tiene cosas buenas y cosas malas, y ha abordado problemas con inteligencia y ha dejado crecer problemas sin la inteligencia suficiente, y así estamos. En las áreas donde estamos bien hay que profundizar.
—Hay dando vueltas una idea de que el ministro de Seguridad, Brilloni, podría quedarse trabajando con el próximo gobierno. ¿Cómo ve su gestión?
—Si uno no mira por los resultados, no; si uno no mira por la capacidad de Brilloni y lo que está haciendo, sí. Las cosas que están pasando, muchas no dependen de él, vienen de antes. La fragmentación policial, la falta de capacitación, la falta de tecnología para combatir el delito… no es un problema de Brilloni. Al gobierno provincial se le escapa la tortuga. ¿Cómo puede ser que siendo del mismo signo político que el gobierno nacional no entran los chalecos antibalas porque la Aduana los para, o las cubiertas para los patrulleros? ¡Maratea obtuvo un dólar oficial para Independiente! ¿Cómo puede ser que el gobernador de la provincia no consiga nada para Santa Fe? Yo veo que Brilloni es un buen funcionario, tiene experiencia, pero nosotros estamos armando nuestro propio equipo de seguridad, con mucha seriedad, con mucho estudio, con mucho trabajo.
—Falta gente especializada en seguridad.
—La verdad, va a ser una sorpresa el equipo que armemos. Estamos contactando no solamente profesionales serios del área de seguridad e inteligencia, y de tecnología para la seguridad, sino también instituciones gubernamentales extranjeras. Hemos tenido contacto con las embajadas de Estados Unidos, Francia, Israel. Hay decisión política de acompañarnos, y nos va a acompañar la DEA, y nos van a acompañar servicios de inteligencia internacionales. ¿Por qué? Porque esto es información y el delito se combate yendo un paso adelante, con más velocidad que los delincuentes. Entonces, ¿hay decisión política? Sí. Ellos saben que nosotros la tenemos y están para acompañarnos. Cuando mostremos nuestro plan de seguridad, esto se va a notar. ¿Quiénes? ¿Cómo? ¿Cuándo lo queremos hacer? ¿Qué recursos vamos a destinar a esa área?
—¿Qué ve del lado del oficialismo provincial?
—Fragmentación, ausencia de unidad política y sálvese quien pueda.
—Hay muchos candidatos… bueno, fragmentación.
—Sálvese quien pueda, todos quieren ser candidatos para ver qué les toca. Es así. La cantidad de candidatos que han proliferado en todas las categorías, eso tiene que ver con la realidad de la política, ausencia de representación, los partidos políticos dinamitados, los espacios bastante amorfos y sin una orientación clara ni conducción. Entonces, no es un escenario sencillo para un momento de crisis de representación como el que vive hoy la Argentina.
—¿Y en el plano nacional?
—Lo mismo. Hay dificultades dentro de Juntos por el Cambio para ordenarnos. Hay ausencia de una referencia fuerte que coordine y ordene la coalición y los partidos políticos con divisiones internas que nos genera esta situación actual. Aspiro a que esto se vaya ordenando de acá al 24 de junio, que es el cierre de listas. Si el escenario es ir a las Paso, que sean prolijas y no un caos y que el diseño electoral sea inteligente. Milei crece mucho sobre la base del descontento que las fuerzas tradicionales estamos exhibiendo. No digo que Milei sea una opción, pero sí es alguien que se aprovecha de esta situación que exhibe el oficialismo, que es caótico, pero también Juntos por el Cambio en algún punto.