El grupo empresario que tiene las terminales graneleras VI y VII en la ciudad de Rosario estaría cerca de cerrar un acuerdo con el gremio del SUPA Puerto San Martín para poder operar en la estiba manual. De confirmarse está versión los conflictos que se presentan en el Puerto de Rosario pueden tener un punto de contacto con el desembarco de este empresario en los puertos del Cordón Industrial.
En Santa Fe nada parece suceder con las lógicas de mercados sanos que ayuden a la movilidad social y al crecimiento de regiones como las del complejo agroexportador de San Lorenzo, Puerto y Timbúes. En relación a la estiba la discrecionalidad que ejerce el gremio para bajar o subir el pulgar de empresas no hace más que favorecer a empresarios que tienen como objetivo sacar renta rápida y dejar tierra arrasada, algo que “Vino Caliente” denominaba empresas de portafolio.
La lógica de elegir empresas que no estén radicadas en la región puede ser la punta de ovillo para explicar comportamientos empresariales que no se comprometen con el bien común y desarrollo sostenible del complejo agroindustrial más grande del país y del bien estar de los estibadores.
La trasabilidad de las gestiones para que está empresa gane peso en el Cordón Industrial viene de antes que las actuales autoridades ocupen la dirección del gremio, un mix que tienen actores de la justicia y política provincial, uno de ellos vinculado a Javier Miley.