La sede de la Fundación Libertad, en pleno centro rosarino, fue vandalizada durante la madrugada de este martes. El edificio, ubicado sobre calle Mitre al 100, apareció con pintadas agresivas y mensajes vinculados a agrupaciones que responden políticamente a Cristina Fernández de Kirchner. Aunque no se identificaron responsables, el hecho generó un fuerte repudio entre los integrantes de la institución y distintos dirigentes políticos de todo el arco opositor.
La denuncia ya fue radicada y la Policía de Investigaciones trabaja para relevar imágenes de cámaras de seguridad de la zona. Las autoridades de la Fundación calificaron el ataque como “una muestra de intolerancia y violencia ideológica”, y señalaron que se enmarca en un clima de creciente agresividad contra el pensamiento liberal en la Argentina.
El hecho no es aislado. Llega en la antesala de una jornada que muchos ya comparan con un nuevo 17 de octubre. Mañana está prevista una masiva movilización de movimientos sociales, sindicatos y agrupaciones kirchneristas en todo el país, en defensa de lo que llaman “los derechos conquistados” y en contra de las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.
En Rosario y en otras ciudades del país, se reforzaron los operativos de seguridad ante el temor de que las manifestaciones deriven en actos de violencia o enfrentamientos entre sectores antagónicos. Autoridades provinciales y nacionales se encuentran en alerta máxima. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ya anticipó que no se permitirá el corte de calles ni hechos de violencia en la vía pública.
Desde la Fundación Libertad, destacaron que no es la primera vez que sufren ataques, pero advirtieron que este episodio tiene un tono más amenazante: “No solo pintaron paredes, dejaron mensajes intimidatorios. No podemos naturalizar que las ideas se discutan con violencia”.
Mientras tanto, algunos dirigentes del peronismo más ortodoxo avivan la idea de una movilización histórica y sugieren que el clima social podría marcar un punto de inflexión en el escenario político nacional. Del otro lado, el sector liberal y oficialista acusa al kirchnerismo de querer provocar una reacción callejera para instalar caos y deslegitimar al gobierno.
El vandalismo contra una institución que promueve el pensamiento republicano y liberal es un síntoma del nivel de polarización que atraviesa el país. La calle vuelve a ser terreno de disputa ideológica. Y todo indica que los próximos días no serán tranquilos.
