La transformación del centro comercial a cielo abierto sobre avenida San Martín, con veredas uniformes, nueva iluminación LED, forestación, mobiliario urbano y rampas de accesibilidad, no fue solo estética: fue una apuesta estratégica para mantener atractivo el alquiler de locales comerciales, aun cuando las condiciones macroeconómicas juegan en contra.
A esta obra de infraestructura se suman acciones de gestión:
- Campañas estacionales de promoción del consumo (Navidad, Día del Niño, etc.)
- Articulación con comerciantes para activar eventos, promociones y mejoras
- Ordenamiento del espacio público que genera un entorno cómodo, limpio y seguro para vecinos y visitantes.
$200 millones en rentas: la microeconomía que se mueve
El último relevamiento municipal indica que hay más de 570 locales comerciales alquilados. Si se estima un alquiler mensual promedio de $400.000, el volumen en concepto de rentas comerciales supera los $200 millones por mes.
Este dato muestra que la economía local sigue en movimiento, y que los inmuebles comerciales —muchos de ellos propiedad de familias sanlorencinas— siguen siendo una fuente de ingresos real. Lo que se recauda en alquileres se reinvierte, circula y sostiene servicios, empleo e inversión.
Lo que no siempre se vota, pero marca la diferencia
Las veredas, las luces, los bancos, los bolardos, los cestos y los árboles nuevos no aparecen en los spots ni en los discursos encendidos. Pero son precisamente esos elementos los que hacen que un local se alquile o quede vacío, que un comerciante apueste por abrir o prefiera cerrar.
Son políticas silenciosas, pero efectivas. Y aunque no siempre sean reconocidas en la lógica electoral, son las que marcan la diferencia real en la vida de una ciudad.
En San Lorenzo, la ocupación de locales se sostiene no por milagro, sino por planificación urbana, inversión sostenida y una gestión que entiende que el espacio público es clave para el desarrollo económico local.