En la recta final hacia las elecciones legislativas de San Lorenzo, las prácticas más oscuras del aparato político vuelven a aparecer. Esta vez, los vecinos de Clemente Albelo al 3900, en pleno barrio Norte, denunciaron la presencia de una mujer vestida con uniforme de la EPE (Empresa Provincial de la Energía) que tocaba timbres ofreciendo “beneficios” en el servicio eléctrico a cambio de votar por la lista que encabeza Esteban Aricó.
Según los testimonios, la mujer prometía a los vecinos la regularización de conexiones eléctricas precarias si “apoyaban con el voto” al candidato del peronismo local. Ante la consulta de los vecinos sobre por qué lo hacía, respondió con mala cara y levantando los dedos en V, el histórico símbolo del Peronismo.
Se trata de una práctica clientelar, ilegal y profundamente repudiable, que vuelve a poner en evidencia el uso de estructuras del Estado y de empresas públicas para fines partidarios. Las denuncias no hacen más que confirmar lo que ya se ve en distintos barrios: gremios y sindicatos movilizando personal, vehículos y operadores políticos para militar votos para el kirchnerismo, con Aricó como mascarón de proa.
Las estructuras sindicales, que históricamente fueron el músculo territorial del peronismo, hoy parecen activarse con desesperación para no perder uno de los pocos bastiones que aún conserva el espacio kirchnerista en el Cordón Industrial.
Pero esta vez la maniobra fue demasiado burda: usar el uniforme de una empresa estatal para prometer conexiones eléctricas a cambio del voto es directamente extorsivo. Y en el contexto actual de reestructuración y recorte de privilegios sindicales que impulsa la gestión de Maximiliano Pullaro, algunas líneas medias gremiales buscan refugio político para reponer los privilegios de “casta” perdidos.
Desde el gobierno local ya elevaron una denuncia administrativa y judicial para que se investigue si esta mujer es empleada de la EPE o si utilizó el uniforme para simular autoridad. “No vamos a tolerar que se juegue con la necesidad de la gente para hacer campaña sucia”, señalaron desde el entorno de la Secretaría de Gobierno.
San Lorenzo se juega mucho más que una elección de concejales. Se juega su dignidad institucional. Y esta escena lamentable es un recordatorio brutal de todo lo que no se debe volver a tolerar.