La situación de Vicentin se torna cada vez más crítica. En el marco de la audiencia imputativa contra 21 de sus directivos, el ejecutivo Estanislao Bougain declaró este sábado ante la Justicia y destacó que la empresa en la actualidad “es otra” respecto de la que entró en default. Sin embargo, remarcó que para su funcionamiento depende de manera clave de los directivos detenidos Daniel Buyatti, Omar Scarel y Alberto Macua. “Ellos están en la primera línea de funcionamiento en el área industrial, comercial y de finanzas”, enfatizó Bougain, en declaraciones publicadas por La Política Online.
Uno de los puntos más fuertes de la audiencia fue la discusión sobre el presunto uso de fondos de la cerealera para el pago de honorarios y fianzas. Bougain rechazó las acusaciones de los fiscales y aseguró que los montos utilizados fueron reintegrados a la empresa. A pesar de ello, los fiscales sostienen que hubo un “desvío patrimonial” para cubrir compromisos personales de los ejecutivos.
Pero mientras la batalla judicial sigue, el verdadero partido se juega en el terreno de la economía real. La empresa debe afrontar el pago de salarios y gastos operativos en los próximos cinco días, con más de 3.000 empleados en sus distintos nodos industriales. La incertidumbre también gira en torno a la definición del proceso concursal: el Grupo Grassi, uno de los acreedores más duros, insiste en un Cramdown (una oferta de pago alternativa), para evitar que la Corte Suprema de la Nación extienda indefinidamente la definición del concurso.
El proceso requiere al menos 180 días de trabajo, lo que obliga a Vicentin a garantizar liquidez y facturación estable para evitar la quiebra. La firma hasta el momento no ha emitido comunicados oficiales sobre los pasos a seguir. Mientras tanto, desde el Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo, su secretario general sintetizó la preocupación del sector: “Los que firman están presos, se nos cayó la estantería”.
La situación penal de los directivos quedará en los libros judiciales, pero el futuro de Vicentin se decide en la cancha de la producción. Se necesita materia prima y dinero para evitar el colapso de la empresa más grande de Santa Fe y una de las principales del país.