“Existen varios interesados en ocupar la capacidad de molienda contratada por la exportadora Díaz y Forti, si la empresa mantiene las dificultades para cumplir su compromiso”, expresaron desde el directorio de Vicentín.
Con ello, salieron al cruce de una posible caída del contrato de fasón que Díaz y Forti tiene en las plantas industriales de la agroexportadora en San Lorenzo luego que ayer se conociera su declaración en convocatoria de acreedores.
Vale recordar que la cerealera cayó en desgracia desde finales de 2019 cuando entró en cesación de pago y se inició una causa por convocatoria de acreedores que tramita la justicia federal de Reconquista.
Desde entonces, sus fábricas y puertos son operados por terceros a través de un alquiler. Díaz y Forti venía haciéndolo desde hace unos meses y con ello la capacidad de producción y embarque se mantuvo activa, no para explotar la totalidad de la capacidad instalada, pero con lo suficiente para pagar sueldos, gastos operativos, valor del alquiler y quedarse con unos buenos pesos en los bolsillos.
Los “interesados” de los que habla Vicentín para el hipotético caso de reemplazar a Díaz y Forti son la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Molinos y la Unión Agrícola Avellaneda, a razón que estas empresas también firmaron un contrato de fasón para operar durante los meses de enero y febrero.
Lo que la agroexportadora no confirmó es el pago de salarios, y ello puede tener, por lo menos dos lecturas. Por un lado, que al no hacer aclaración alguna, puede suponerse que no hay razones para entender que no se acreditarán en tiempo y forma. Otra es que no tengan una respuesta y/o propuesta ahora, por lo que especulan a resolverlo más adelante.
