Esta reactivación representa un punto de inflexión para la firma, que desde hace meses enfrenta serias dificultades económicas, legales y laborales. El intento de homologar un acuerdo con acreedores fue anulado por la Justicia, que ordenó avanzar con un proceso de cramdown. En este contexto, la continuidad laboral de cientos de trabajadores estuvo en riesgo y se debieron realizar medidas de fuerza.
Sin embargo, la llegada de nuevos contratos de procesamiento a fasón permitió abrir una puerta hacia la recuperación operativa.
“Estamos en un buen camino si comparamos con la situación en la que estábamos”, expresó Daniel Succi, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA). “Antes tuvimos que tomar medidas de fuerza porque la empresa estaba paralizada. Hoy vemos que el personal está trabajando con normalidad y eso es una gran señal.”
Otra noticia alentadora fue la resolución del conflicto salarial. Los trabajadores cobraron los sueldos atrasados correspondientes a mayo, y se anunció que los pagos de junio se realizarán con depósitos semanales todos los viernes.
A pesar de las complicaciones legales que aún enfrentan algunos de los propietarios de Vicentín, la planta de San Lorenzo, la más importante del grupo, recupera actividad. Personal jerárquico y operarios se encuentran desarrollando sus tareas con normalidad, mientras se espera que el ritmo de producción continúe en ascenso.
Con esta reapertura, Vicentín comienza a transitar un camino de reconstrucción en medio de un escenario todavía frágil, pero con señales positivas de recuperación productiva y estabilidad para sus trabajadores.
