La ciudad de San Lorenzo fue escenario de un hecho que merece ser contado y reconocido: cuatro policías de la Unidad Regional XVII salvaron la vida de un vecino que no presentaba signos vitales, tras sufrir una descompensación cardíaca mientras dormía. La intervención ocurrió el 22 de abril, y luego de una compleja internación en Rosario, Ricardo Saucedo ya recibió el alta y volvió a casa.
En plena madrugada, a las 6.30, una llamada al 911 alertó sobre una emergencia médica en una vivienda de calle Roque Vitola al 1900, en barrio Mitre. Al llegar al lugar, dos móviles del Comando Radioeléctrico se encontraron con un panorama desesperante: Ricardo estaba inconsciente, sin signos de vida. Su familia ya lo creía muerto.

“Hasta avisamos a nuestros hijos que su papá había fallecido”, relató Cristina, su esposa.
Pero los policías no dudaron un segundo. La subinspectora María Luisa Puchott, la subinspectora Silvia Lugo, y los oficiales Fernando Cisnero y José Baumgartner comenzaron a coordinar las maniobras de RCP de inmediato. Lo colocaron en el piso, iniciaron compresiones torácicas y decidieron trasladarlo al hospital local en el móvil policial, sin esperar una ambulancia.
“Una vecina nos abrió el portón. En medio de la conmoción pedimos autorización para hacerle RCP. Afortunadamente reaccionó”, contó Puchott.
Mientras Baumgartner manejaba, Puchott continuó reanimando a Ricardo en el asiento trasero, sin detener las maniobras. En paralelo, Cisnero y Lugo abrían camino con otro patrullero, trasladando también a la familia.
“En ese momento hay que mantener la mente fría y pensar en la persona que estamos asistiendo”, sostuvo Baumgartner.
Tras una primera atención en el Hospital Granaderos a Caballo, Ricardo fue derivado al Hospital Provincial de Rosario, donde estuvo en coma farmacológico durante dos días. Luego fue trasladado al Hospital Centenario, donde fue sometido a una cirugía y le colocaron un desfibrilador implantable, que le permitirá detectar a tiempo cualquier arritmia.
“Gracias al accionar de ese grupo de policías, Ricardo volvió a la vida”, destacó Cristina.
Los efectivos, lejos de buscar protagonismo, compartieron su satisfacción:
“Haber colaborado para devolverle la vida a ese hombre fue un hecho movilizante y gratificante. Nos llenó de satisfacción”, dijeron al unísono.
No fue suerte. Fue preparación, compromiso y humanidad.
San Lorenzo tiene cuatro héroes de uniforme que no esperaron órdenes ni protocolos. Actuaron. Y salvaron una vida.