Si ninguna de las partes recurre la presentación de los testigos, la Justicia de San Lorenzo podrá elevar la causa y la Oficina de Gestión Judicial tendrá que ponerle fecha al juicio oral y público por el crimen de Elvira Danelón, la anciana de 83 años asesinada en noviembre de 2019 en su casa de Capitán Bermúdez.
En la audiencia preliminar al juicio, realizada el miércoles bajo modalidad virtual, el fiscal Juan Ledesma sostuvo la acusación de homicidio criminis causae hacia Juan Ramón “Chivita” Saucedo y Daniel Ezequiel “Cogote” Verón, un delito que contempla la pena de prisión perpetua.
Desde Fiscalía de San Lorenzo ofrecieron pruebas: testimonios de vecinos que lo vieron a Cogote y Chivita merodeando por la cuadra de Roberto Ferrari al 200, vendiendo bolsitas y “picaporteando” puertas de autos, señalaron fuentes tribunalicias. La prueba más contundente que acredita el fiscal Ledesma: un informe que determina que en la suela de una de las zapatillas de Cogote Verón extrajeron muestras de sangre de Doña Elvira, a quien asesinaron para consumar el robo.
En la reciente audiencia, los imputados negaron las acusaciones a través del defensor público Franco Fosco. Y ofrecieron un testigo que asegura que Cogote no estuvo en Capitán Bermúdez el día que se consumó el crimen de Doña Elvira, sino que andaba por la localidad de Granadero Baigorria.
“La probabilidad está acreditada, ahora el tribunal tiene que tener certezas para condenar”, deslizó un vocero judicial. El televisor sustraído de la casa de Doña Elvira nunca apareció ni tampoco hay registros audiovisuales de que Cogote y Chivita se lo hayan llevado por la vía pública.
En esa cuadra de Villa Cassini no hay cámaras de videovigilancia que apunten hacia la casa de Doña Elvira ni que haya registrado el ingreso a la vivienda de los apodados Chivita y Cogote, apuntaron.
El domingo 3 de noviembre de 2019, efectivos de la Comisaría 2ª de la Unidad Regional XVII encontraron el cuerpo de Doña Elvira en su casa de barrio Villa Cassini. Tenía un traumatismo fatal en la cabeza y la entrada a la vivienda no estaba violentada, aunque sí había desorden en el interior del domicilio. La hija de la víctima contó que hacía dos días que no tenía noticias de su mamá.
Los vecinos contaron que el sábado anterior, alrededor de las 18.30, había dos hombres que andaban ofreciendo bolsas de residuos casa por casa y a su vez los vieron tanteando picaportes. “A mi mamá le dejaron la cara como a un monstruo. La pisotearon hasta matarla”, lamentó su hija Beatriz Vertolín.