La provincia de Santa Fe está viviendo los años más violentos e inseguros de su historia.
Los asesinatos, los robos y la colonización de las mafias triunfaron en el sur de la provincia, sólo alcanza repasar los últimos acontecimientos que fueron sucediendo en Rosario y en las localidades del Cordón Industrial para tomar dimensión del flagelo que nos deja a todos presos del pánico. El actual gobernador de la provincia ganó la elección de 2019 prometiendo la paz y el orden, el slogan y la figura de Perotti despertaron expectativas logrando ganar la elección con amplio margen. Creditos que a los pocos meses se esfumaron producto de la pésima gestión en todos los planos, pero en particular en el area de seguridad que permitió sembrar las calles de robos y muertos.
Para tomar dimensión del desastre, muchas comisarias de la Unidad Regional XVII pasaron varias semanas sin móviles ni policías. Está situación de abandonó total perjudicó a la mayoría de los oficialismos de todo el Cordón Industrial que vieron reducida la cantidad de votos en comparación a los obtenidos en la elección del 2019. Teoría que también se ve reflejada en la extraordinaria elección que cosecho Maximiliano Pullaro, un dirigente politico cercano al departamento San Lorenzo que ocupó el máximo cargo en la cartera de seguridad del ex gobernador Miguel Lifschitz con buenos resultados en todas las ciudades del Cordón Industrial.
La región debe entenderse como una gran metropolis que necesita de políticas estratégicas conjuntas en materias de seguridad, transporte y salud, el gobierno desastroso de Perotti dejó sobre la mesa el desafío de una nueva era de entendimiento más allá de las fronteras de cada distrito para generar gestiones y la consolidación de un bloque solido que permita que el próximo gobernador no deje abandonado a cientos de miles de ciudadanos librados a la suerte o la voluntad de los ladrones y asesinos nuevamente.
Las eras cambian pero entre todos debemos propiciar que sea para mejor, las experiencia de Perotti nos deja un aprendizaje para no tropezar con la misma piedra.
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