La autopista Rosario-Santa Fe, durante mucho tiempo descuidada, se encuentra en el centro de un ambicioso plan propuesto por el gobernador Maximiliano Pullaro. Ante las precarias condiciones de la vía que conecta las dos principales ciudades de la provincia, Pullaro ha enfocado sus esfuerzos en su mejora y renovación.
En recientes declaraciones, Lisandro Enrico, ministro de Obras Públicas de Santa Fe, compartió detalles del proyecto. Haciendo hincapié en la crítica situación del asfalto, Enrico señaló la falta de mantenimiento en años anteriores y destacó la importancia de abordar esta problemática. Recordó una anécdota personal sobre el percance sufrido por su par de Economía, Pablo Olivares, al romper una cubierta debido a un pozo en la autopista.
En cuanto a las medidas concretas, Enrico anunció una revisión integral de la cinta asfáltica, priorizando la repavimentación en los sectores más deteriorados. También expresó la intención de mejorar el sistema de administración y peaje. Aunque la autopista continuará bajo jurisdicción provincial, se empleará nuevamente el fideicomiso con el Banco Municipal de Rosario, utilizado en la gestión anterior.
El ministro hizo hincapié en la necesidad de pensar en un tercer carril entre San Lorenzo y Rosario, así como en la reconfiguración de estaciones de servicio a lo largo de la autopista. Además, resaltó la importancia del control de cargas y camiones que transitan por la traza, considerándolo crucial para preservar la integridad de la vía y la seguridad vial.
Enrico subrayó que el gobierno reactivará las tareas de control de cargas para prevenir daños adicionales. Recordó que el exceso de carga en camiones acelera el deterioro del asfalto y, en consecuencia, la vida útil de la ruta. Con más del 70% de la producción nacional pasando por las rutas santafesinas, la necesidad de aplicar controles exhaustivos se vuelve imperativa. El enfoque, según Enrico, no solo está en reparar, sino también en preservar y cuidar estas importantes vías de comunicación.
