La crisis de Vicentin entra en una nueva fase de tensión. Ayer, en una reunión con representantes sindicales, la empresa puso en duda el pago de los salarios de febrero, generando una inmediata reacción de los trabajadores, que anunciaron que se paralizará la producción aceitera a nivel nacional si no se abonan los sueldos en tiempo y forma.
El Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento de San Lorenzo (SOEA), el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros y Desmotadores de Algodón de los Departamentos General Obligado y San Javier (SOEAD) y la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso (FTCIODyARA) fueron contundentes en su advertencia: “No permitiremos la pérdida de un solo puesto de trabajo ni aceptaremos un peso menos de nuestro salario”.
La empresa, que sigue en concurso de acreedores, se expone a la quiebra si incurre en una cesación de pagos, ya que según la Ley de Concursos y Quiebras, no puede generar nuevas deudas post-concursales sin riesgo de liquidación. Esto pone en peligro directo 1.300 empleos y 1.700 más de manera indirecta, en un sector clave para la economía del país.
Los sindicatos denuncian el posible desguace de Vicentin
Los representantes gremiales fueron categóricos al señalar que los propietarios de Vicentin son los responsables de la crisis actual y que no permitirán la liquidación de la empresa ni su entrega a multinacionales o grupos especuladores.
Durante la reunión, el gerente de Recursos Humanos de Vicentin, Carlos Iglesias, fue quien transmitió la posibilidad de no pagar los sueldos y hasta mencionó la chance de frenar la producción o cerrar las plantas. Acompañado por los ejecutivos Mario Ferreyra, Daniel Buyatti y Eduardo Gazze, que optaron por el silencio, el mensaje cayó como una bomba en el sector sindical.
“Vicentin no puede continuar con esta incertidumbre permanente. Si la empresa incumple, iniciaremos medidas gremiales que afectarán a todas las plantas aceiteras del país y elevaremos el reclamo a la Secretaría de Trabajo de la Nación”, expresaron los aceiteros en un comunicado oficial.
Un conflicto que puede escalar a nivel nacional
El conflicto se agrava a pocas semanas de que la empresa diera marcha atrás con su negativa a pagar una suma extraordinaria, tras una huelga que obligó a un retroceso en sus planes de ajuste.
Ahora, con los salarios de febrero en riesgo, la amenaza de un paro nacional en el sector aceitero toma fuerza, con potencial impacto en la actividad industrial y las exportaciones.
“No seremos testigos de la liquidación de Vicentin. Si no pagan, el conflicto será nacional”, advirtieron los sindicatos, dejando en claro que la paciencia se agotó y que el único camino posible para evitar el conflicto es el cumplimiento inmediato de los pagos adeudados.
