El club del centro que sobrevivió a todo y cumplió 80 años con una fiesta inolvidable
El club del centro que sobrevivió a todo y cumplió 80 años con una fiesta inolvidable
En su aniversario número 80, el querido club de la ciudad celebró una noche llena de emociones, recuerdos y agradecimientos. Pasaron dirigentes, deportistas y amigos, pero el espíritu sigue siendo el mismo: hacer mucho con poco, y nunca bajar los brazos.
En su aniversario número 80, el querido club de la ciudad celebró una noche llena de emociones, recuerdos y agradecimientos. Pasaron dirigentes, deportistas y amigos, pero el espíritu sigue siendo el mismo: hacer mucho con poco, y nunca bajar los brazos.
El club que nació y creció en el corazón de la ciudad cumplió 80 años, y lo celebró como se merece: con una fiesta cargada de emoción, memoria y reencuentros. Ex dirigentes, socios, deportistas, instituciones y asociaciones amigas acompañaron una noche que fue mucho más que un aniversario: fue una reafirmación de identidad.
Ubicado en una de las zonas más céntricas de la ciudad, el club se las ingenió durante ocho décadas para multiplicar espacios, sostener actividades y seguir siendo un lugar de pertenencia. En ese trayecto, logró adquirir un predio en la zona oeste, sobre calle Urquiza, una conquista estratégica que abre nuevos horizontes para el desarrollo deportivo.
Juan Brajkovic (socio histórico) y Claudio Contreras presidente del club
Pero llegar hasta acá no fue fácil. Hubo momentos en los que todo estuvo en riesgo, especialmente después de un accidente que marcó a fuego la historia de la institución. Aquel hecho dejó al club al borde de la quiebra, y fueron comisiones directivas comprometidas, muchas veces silenciosas, las que lo mantuvieron en pie.
Durante el festejo, no faltaron los homenajes a quienes lo dieron todo, estén o no físicamente.
“Las voces, los consejos, las anécdotas de esos dirigentes todavía retumban en los pasillos del club”, dijeron emocionados desde la organización.
A lo largo de estos 80 años, el club fue escenario de cientos de historias: partidos inolvidables, entrenamientos, meriendas compartidas, amistades que duran toda la vida. Cada rincón guarda una anécdota, y cada socio tiene su propia versión de lo que significa “el club”.
“Es nuestro lugar en el mundo”, coinciden deportistas, entrenadores, padres y colaboradores.
Hoy, con proyectos en marcha, una base sólida de valores comunitarios y una historia escrita a pulmón, el club sigue siendo un ejemplo de cómo se puede construir grandeza desde el esfuerzo colectivo.
A todos los que lo hicieron posible, gracias. Y que vengan muchos años más.
