La violencia volvió a golpear en uno de los sectores más conflictivos del límite entre San Lorenzo y Puerto General San Martín. Personal policial fue atacado a pedradas y palazos cuando intentaba detener a dos hombres acusados de agredir a un menor de 14 años en calle H. Castaño al 1100, una zona paralela al arroyo San Lorenzo donde los uniformados suelen enfrentar hostilidad y vías de escape múltiples de los delincuentes.
Todo comenzó cuando el 911 recibió un aviso por una agresión física. Al llegar, los efectivos hablaron con una mujer que denunció que un hombre —a quien conoce— había golpeado a su nieto en el rostro y el cuerpo. Familiares del chico identificaron rápidamente a los agresores, que se encontraban a pocos metros del lugar, y se desató una confrontación en la que también resultó lesionado un joven de 21 años.
Cuando la Policía intentó realizar las aprehensiones, un grupo de personas comenzó a arrojar piedras y palos contra los uniformados y el móvil policial, generando daños materiales y poniendo en riesgo la integridad de los agentes. A pesar de la resistencia física, los efectivos lograron reducir a los agresores y trasladarlos a sede policial.
Los detenidos fueron identificados como dos hombres de 26 y 39 años, con domicilios en Puerto General San Martín y San Lorenzo, respectivamente. La intervención policial volvió a evidenciar la problemática característica del área: la cercanía con el arroyo y los pasos informales entre ambas ciudades facilitan la fuga de delincuentes y complican el trabajo operativo.
En esta franja limítrofe, las agresiones al personal policial se han vuelto frecuentes. Los uniformados denuncian que cada intervención implica riesgo de ataques con proyectiles y resistencia violenta, en un territorio donde los cruces rápidos entre Puerto y San Lorenzo funcionan como escape habitual para quienes buscan evitar la detención.
El menor de 14 años y el joven de 21 lesionado fueron asistidos, mientras la causa avanza por agresiones, daños, lesiones y resistencia a la autoridad.
Otro episodio que expone la tensión permanente en una de las zonas más calientes del Cordón Industrial y el nivel de violencia al que se enfrentan a diario los policías en servicio.
