La situación tomó un giro inesperado cuando el guardavida del lugar le pidió amablemente que cubriera sus pechos, considerando la presencia de niños y familias en la playa pública.
Contrario a la sugerencia, la joven argumentó que tenía todo el derecho de practicar el topless, alegando su identificación de género como motivo. La discusión subió de tono, coincidiendo con la elevada temperatura de la tarde, y la intervención de móviles policiales del Comando Radioeléctrico se hizo necesaria para calmar la situación.
Finalmente, la mujer optó por retirarse del lugar sin que se presentara ninguna denuncia formal. El personal del Comando se limitó a documentar la situación mediante la elaboración de un acta con los detalles de lo acontecido.