Balacera en barrio Ludueña: el Club Defensores Unidos de duelo

Guerra Narco en Rosario
Murió uno de los jugadores y referentes de la institución. Testimonios de sus familiares y amigos. La lucha de quienes intentan darle una mejor realidad al barrio, pero que la violencia armada trunca con sus balas.

Esteban “Chuchu” Cuenca tenía 30 años y participaba de una actividad solidaria cuando el sábado por la noche encontró la muerte en barrio Ludueña. Otra inocente víctima de la violencia armada por las disputas narcocriminales en la ciudad de Rosario. El criminal ataque que se cobró la vida de Cuenca, también dejó a cinco jóvenes heridos, entre ellos un nene de 9 años.

“Chuchu” era jugador y referente del Club Defensores Unidos, de barrio Ludueña. Esta noche, vecinos y representantes de la institución expresaron su dolor por la pérdida.

En momentos del ataque, las víctimas de la balacera estaban organizando una actividad solidaria para participar de una competencia.

Esta noche, en Telefe Noticias, Adalberto Conti, presidente de Defensores Unidos, comentó: “Nos rompió como institución, era todo Cuchu, el que me pintaba, el que repartía cuando hacíamos polladas, el que le inculcaba a los chicos qué es Defensores”.

Asimismo, estuvo presente la madre de Cuenca: “Me arrancaron una parte de mi vida. No sé cómo voy a seguir, pero tengo que hacerlo por mi nuera y por mi nieta”.

La nena, de 5 años es fanática de Defensores como su padre: “Ella me dice cuándo lo vamos a ir a buscar, cuándo lo va a poder ver al padre, y le dijimos que estaba en el cielo con el abuelo y que la iba a cuidar desde arriba”.

Uno de los sobrevivientes del ataque recordó: “Pude entrar a mi casa y solamente me impactaron dos balas en las piernas, adentro seguía escuchando los tiros, 10 o 15 más”. “Le pregunté a mi papá cómo estaba Chuchu, y no me decía nada, decime que le pegaron en las piernas le insistí, y se dio vuelta y me dijo ojalá le hubieses pegado en las piernas. Ahí me di cuenta que algo malo estaba pasando, porque todos lloraban”, agregó también emocionado.