El problema del transporte urbano se agudiza ante la falta de subsidios por parte del Gobierno Nacional, sumado al inconveniente por el tema de la frecuencia y el aumento del monto del boleto por la inflación y la falta de recursos. Y el ejemplo es la compañía Rosario Bus que presta el servicio en la ciudad cuna de la Bandera.
La situación es insostenible, el sistema se compone de tres componentes fijos, el valor de las unidades, también lo referente al precio de los combustibles que impacta en el costo del servicio y la paritaria de los choferes. Que en el AMBA fue cubierta por la gestión del presidente Javier Milei con un aumento de los recursos estatales que se lo niega al resto del país.
Y lo que sucede con Rosario Bus puede ser un espejo para las demás compañías a lo largo y ancho de la Argentina en las ciudades más importantes. El inconveniente es estructural en lo que respecta a la movilidad y seguramente hoy en el caso de licitar el servicio en alguna provincia, no habría oferentes porque no es rentable el sistema.
Cabe recordar que dicha firma fue indicada en más de una vez por su irregular o mala frecuencia del servicio debido a la quita de unidades. La explicación ante este problema estaba basada en la rotura de los micros o el ausentismo de los conductores. La realidad es muy compleja desde lo financiero y así lo indican sus balances contables.
Hoy el costo del boleto, según el último informe, está en el orden de los $ 1.300 pero desde el 14 junio valdrá $ 940, actualmente es de $ 700. Desde la Municipalidad de Rosario manifiestan que de seguir por este camino se terminará estatizando todo el sistema y no es lo aconsejable. Además que la falta de transporte impacta en los diferentes rubros de las ciudades, como el comercio, la educación y los servicios en general.
