El modelo de financiamiento de campañas y de la política en Argentina va cambiando según la coyuntura. En la época de Nestro Kirchner la matriz de recaudación estaba vinculada a la obra pública producto de que el país tenía un rebote económico que permitió la inversión en obras y en el gobierno de Carlos Menem los millones de la privatizaciones aceitaban las cajas de la política.
Los gobiernos de Alberto Fernández y Omar Perotti inauguraron la etapa de robarle la comida a los más pobres. Inventando una red de organizaciones intermedias que eran la fachada de comedores sociales y de esa manera recibían millones de pesos. El Presidente de la Nación en una entrevista de esta semana denunció que en la auditoría encargada por el Ministerio de Capital Humano se pudo comprobar que el 50% de los comedores inscriptos eran fantasmas y recibían millones de pesos.
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En la provincia de Santa Fe sucedió algo similar y funcionarios de diferentes áreas se presentaron en los diferentes establecimientos para constatar que funcionaran comedores o merenderos llevandose la sorpresa que la gran mayoría eran terrenos baldíos o como en el caso de San Lorenzo un bunker de campaña.