Procesaron al «Gigoló de Beltrán» por trata de personas: engañó a una adolescente

Lo investigaban por estafar a mujeres con las que mantenía relaciones sentimentales en Argentina y Chile. Cuando lo detuvieron en Roldán en agosto pasado descubrieron que tenía cautiva a una chica de 17 años.

La Justicia Federal procesó por trata de personas a Gino Calcia, internacionalmente conocido como el «Gigoló de Fray Luis Beltrán», delincuente de 32 años investigado en Argentina y Chile, acusado de estafar a mujeres con las que mantenía relaciones amorosas en ambos países.

El pasado 12 de agosto, cuando detuvieron al Gigoló de Beltrán en allanamientos llevados adelante por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en dos domicilios de las localidades de Funes y Roldán, descubrieron que mantenía retenida a una adolescente de 17 años, bajo la promesa engañosa de conseguirle un puesto de trabajo.

Según los investigadores, Calcia mantenía una relación sentimental con la chica, a la que manipulaba con promesas y tenía encerrada en una de las dos viviendas en las que residía. En los procedimientos de la PSA secuestraron un arma de fuego, municiones, droga, dinero en efectivo y 90 tarjetas de crédito y débito.

El juez federal Marcelo Bailaque resolvió procesar al Gigoló de Beltrán por trata de personas, a partir del hallazgo de la adolescente encerrada de 17 años. Además le trabó un embargo por 3 millones de pesos, confiaron voceros judiciales.

La causa comenzó el 27 de julio a raíz de una denuncia que refería a una relación sentimental entre una menor de 17 años que se encontraba en situación de vulnerabilidad y un hombre mayor de edad.

Mediante la investigación, los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria determinaron la identidad del sospechoso. Y constataron que tenía dos domicilios: uno habitado por su esposa e hijos y otro en donde alojaba a la adolescente.

Asimismo descubrieron que ambas viviendas eran custodiadas por personas armadas, contratadas por él de manera informal, describieron voceros del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Profundizando las pesquisas con intervenciones telefónicas, los investigadores constataron que la menor estaba en una situación de vulnerabilidad ya que el hombre, de 32 años, le imponía restricciones: controlaba con quiénes hablaba, lo que subía a sus redes sociales y le hacía promesas como, por ejemplo, compras de artículos o la instalación de un local de venta de ropa.

Fuente: El Ciudadano

5